La Novela Libre

La Novela Libre (1933–1937) y La Novela Ideal (1925–1938), ambas a cargo de La Revista Blanca, formaban parte del fenómeno editorial de colecciones de novela breve que inundaron el mercado editorial español durante las décadas previas a la guerra civil, fenómeno que, en los últimos años, ha recibido una creciente atención por parte de la crítica. Estas colecciones debieron su extraordinario éxito a una serie de transformaciones en el mundo editorial español y en los hábitos de lectura de un público lector que, por primera vez, podía considerarse masivo. En el ámbito anarquista, la reconocida intencionalidad didáctica de estos relatos los situaría, en principio, dentro de los parámetros de la novela de tesis, al igual que las novelas largas de Federica Montseny analizadas en los capítulos anteriores. En efecto, en el número de La Revista Blanca en el que se anunciaba la próxima publicación de La Novela Ideal, se declaraba la función propagandística de esta nueva serie de ficción especialmente dirigida a “la juventud de ambos sexos” (“La Novela Ideal” 2), y también Montseny señalaba años después su propósito didáctico: “nos planteamos la necesidad de crear un tipo de novela ligera, de apariencia inocente, donde se exponían las ideas que queríamos inculcar en la juventud” (Núñez Esteban y Samblancat Miranda 182); la escritora afirmaba que la literatura era uno de los componentes de la lucha para “cambiar las bases sociopolíticas y al mismo ser humano” y alcanzar la sociedad libertaria: “Luchábamos desde el punto de vista literario con la creación de una nueva mentalidad en la juventud; luchábamos en el terreno social con las huelgas y los movimientos revolucionarios” (184). La apariencia inocente de estas novelitas, sin embargo, no logró engañar al gobierno franquista, que prohibió su circulación y las tachó de corruptoras de la juventud, prendiendo fuego a los ejemplares que se hallaban en depósito en el almacén de la casa barcelonesa de Montseny (Mis primeros 144).