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La influencia de los principios humanitarios en la negociación de tratados sobre limitación de armamentos

Published online by Cambridge University Press:  29 January 2010

Robert J. Mathews
Affiliation:
Robert J. Mathews es investigador científico principal en el Australian Defence Science and Technology Organisation y miembro externo de la Facultad de Derecho de la University of Melbourne, Australia. Asimismo, es miembro del Comité Nacional Asesor en Derecho Internacional Humanitario de la Cruz Roja Australiana.
Timothy L.H. McCormack
Affiliation:
Timothy L.H. McCormack es el profesor de la Cruz Roja Australiana en Derecho Internacional Humanitario en la Facultad de Derecho de la University of Melbourne. Preside el Comité Nacional Asesor en Derecho Internacional Humanitario de la Cruz Roja Australiana.

Abstract

En este centenario de la I Conferencia Internacional de la Paz de La Haya, es oportuno reflexionar sobre la influencia de los principios humanitarios en la negociación de tratados multilaterales sobre control de armamentos. Dos de los tres temas de la conferencia de 1899 fueron las leyes de la guerra (o derecho internacional humanitario) y el control de armas y el desarme. No cabe duda de que parte de la motivación de 1899, y ciertamente de la II Conferencia Internacional de la Paz de La Haya de 1907, al considerar estos dos temas, fue la preocupación humanitaria por aliviar el sufrimiento de las víctimas del conflicto armado2. Tras 100 años de elaboratión de leyes en ambos émbitos, el aniversario de 1999 es oportuno para evaluar hasta qué punto los principios humanitarios han seguido influyendo en los esfuerzos para regular los efectos de determinadas armas.

Type
Centenario: Derecho de La Haya (1899) Cincuentenario: Convenios de Ginebra de 1949
Copyright
Copyright © International Committee of the Red Cross 1999

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References

1 Las opiniones expresadas en este artículo son las de sus autores y no necesariamente reflejan la posicién del Gobierno australiano Los autores quisieran expresar su agradecimiento a Jessica Howard y a Sharon Pimm por su colaboracién en la preparacién de este artículo.

2 Hans Blix, Development of Internacional Law relating to Disarmament and Arms Control since the First Internacional Peace Conference of 1899, informe preliminar preparado para el centenario de la Primera Conferencia de la Paz, en 1999, en virtud de la Resolución 52/154 del 15 de diciembre de 1997, de la Asamblea General de la ONU y del documento de la ONU A/C.6/52/3 (1999), párrs. 9-21. Véase también Arthur Eyffinger (dir.), The Internacional Court of Justice 1946-1996, 1996, pp. 40-44.

3 Ibid.

4 Declaration Renouncing the Use, in Time of War, of Explosive Projectiles Under 400 Grammmes Weight, 29 November/11 December 1868, Schindler/Toman (dirs.), The Laws of Armed Conflicts, Martinus Nijhoff Publishers/Henry Dunant Institute, Dordrecht/Geneva, 1988, p. 101 (Declaration of St. Petersburg). (Declaración de San Petersburgo de 1868 a los fines de prohibir la utilización de ciertos proyectiles en tiempo de guerra, documento que, en español, puede consultarse en: Manual del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, CICR, Ginebra, 1994, pp. 300-301, N. del T.)

5 Declaration Concerning Asphixiating Gases (Hague Declaration II) 29 July 1899, Schindler/Toman (dirs.), op. cit. (nota 4), p. 105 (Declaración relativa a los gases asfixiantes); Declaration Concerning Expanding Bullets (Hague Declaration III), 29 July 1899, Schindler/ Toman (dirs.), op. cit. (nota 4), p. 109. (Declaración prohibiendo el empleo de las balas que se hinchan o aplastan fácilmente en el cuerpo humano, documento que, en español, puede consultarse en: Derecho internacional relativo a la conducción de las hostilidades, CICR, Ginebra, 1990, pp. 179-180, N. del T.) Enmarzo24de 1999 habia 32 Estados Partes en ella.

6 Jozef Goldblat, Agreements for arms control - a critical survey, Institute de Investigación de la Paz Internacional, Estocolomo, 1982, p. 89. (Traducción de la cita: CICR. N. del T.).

7 Alva Myrdal, The Game of Disarmament, 1977.

8 Goldblat, op. cit. (nota 6), p. xv.

9 Protocol for the Prohibition of the Use in War of Asphyxiating, Poisonous, or other Gases and of Bacteriological Methods of Warfare (Geneva Protocol), 17 de junio de 1925, Schindler/Toman, op. cit. (nota 4), p. 115. (Protocolo sobre la producción del uso, en la guerra, de gases asfixiantes, tóxicos o similares y de medios bacteriológicos, Protocolo de Ginebra, documento que, en español, puede consultarse en: Derecho internacional relativo a la conducción de las hostilidades, CICR, Ginebra, 1990, pp. 185-186, (N. del T.).

10 Daniel Frei, "El derecho internacional humanitario y el control de armamentos", RICR, no 90, noviembre-diciembre de 1988, p. 519.

11 Convention on Prohibitions or Restrictions on the Use of Certain Conventional Weapons Which May he Deemed to he Excessively Injurious or to Have Indiscriminate Effects and Protocols IIII (1980 Certain Conventional Weapons Convention), del 10 de octubre de 1980; 1342 UNTS (United Nations Treaty Series) 137; 19 ILM 1523, Schindler/Toman, op. cit. (nota 4), p. 179. (Convención sobre prohibiciones o restricciones del empleo de ciertas armas convencionales que pueden considerarse excesivamente nocivas o de efectos indiscriminados -Convención de 1980 sobre ciertas armas conveneionales- y Protocolos IIII, documento que puede encontrarse en español en Derecho internacional relative) a la conducción de las hostilidades, CICR. Ginebra, 1990, pp. 194-201, N. del T.). En marzo 24 de 1999, 73 Estados eran Partes en ella.

12 Convention on the Prohibition of the Use, Stockpiling, Production and Transfer of Anti-Personnel Mines and on their Destruction (Ottawa treaty), del 18 de septiembre de 1997, 36 ILM 1507. Convención sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción v transferencia de minas antipersonal y sobre su destrucción (Tratado de Ottawa), RICR, no 143, septiembre-octubre de 1997, p. 599.

13 Declaration Prohibiting the Use of Asphyxiating Cases ("Hague Declaration II"). loe :, cit. (nota 5). (Declaración por la que se prohíben los gases asfixiantes).

14 Naciones Unidas, Disarmement Yearbook, Vol. 11, 1986, p. 241.

15 Citado en: Stockholm Internacional Peace Research Institute (Instituto de Investigación de la Paz Internacional de Estocolmo), "The problem of chemical and biological warfare". CB Disarmament Negotiations, 1920-1970, Vol. IV, 1974, p. 41. (Traducción CICR. N. del T.).

16 Ibid., p. 44.

17 Por ejemplo. en noviembre de 1920, el CICR remitió una carta a la Asamblea General de la Liga de las Naciones en la que proponía la prohibición absoluta del empleo de gases asfixiantes, y, en 1921, la X Conferencia Internacional de la Cruz Roja instó a los gobiernos a llegar a un acuerdo sobre la prohibición absoluta del "empleo del gas como arma, independientemente de su medio de difusión: sistema de aspersión, misiles o cualquier otro" ("the use of gas as a weapon, however delivered, whether by drift, missiles or otherwise"). IRCR. No 111, June 1970. p. 301. (Traducción no oficial CICR; en ese entonces, la RICR no aparecía en espuñol. N. del T.).

18 Op. cit. (nota 15), p. 44.

19 Supra, nota 9.

20 El CICR reconocía el potencial del Protocolo de Ginebra de 1925 para reducir el sufrimiento ocasionado por las armas químicas y, de manera enérgica y reitcrada, alentó a los Estados a firmar y ratificar el Protocolo a través de medios tales como las resolucioncs aprobadas por las Conferencias Internacionales de la Cruz, Roja. "El CICR y el desarme". RlCR.no2b, marzo-abril de 1978, pp. 91-101.

21 Para una discusión más detallada sobre las limitaciones del Protocolo de Ginebra de 1925, véase Timothy L.H. McCormack, "Internacional law and the use of chemical weapons in the Gulf War". California Western Internacional Law Journal, Vol. 21, 1990-1991. pp. 5-10.

22 Véase Robert J. Mathews and Timothy L.H. McCormaek, "The relationship between internacional humanitarian law and arms control", en Helen Durham y Timothy L.H. McCormaek (dirs.), The Changing Face of Conflict and the Efficacy of Internacional Humanitarian Law (en imprenta en 1999).

23 Un equipo liderado por un enviado especial del CICR visitó Halabja y confirmó el empleo de gases tóxicos. Véase News Chronology, Chemical Weapons Convention Bulletin, 31 demarzode 1988.

24 Convention on the Prohibition of the Development, Production, Stockpiling and Use of Chemical Weapons and on their Destruction (CWC es la sigla conocida internacionalmente, basada en el inglés. N. del T.), del 13 de enero de 1993, 32 ILM 800. (Convención sobre la prohibición del desarrollo, la producción, el almacenamiento y el empleo de armas químicas y sobre su destrucción, documento del que, en español, pueden consultarse los principales pasajes en: Derecho internacional relativo a la conducción de las hostilidades, CICR, Ginebra, 1990, pp. 213-223, N. del T.)

25 Para detalles sobre las medidas de verificación de la CWC, véase Robert J. Mathews, "Verification of chemical industry under the Chemical Weapons Conventionó en John B. Poole y Richard Guthrie (dirs.), Verification 1993: Arms Control, Peacekeeping and the Environment, 1993, p. 41.

26 Robert J. Mathews, "Entry into force of the Chemical Weapons Convention", Institute de Investigación de la Paz Internacional de Estocolmo, SIPRI Yearbook 1998: Armaments, Disarmament and Internacional Security, 1998, pp. 490-500.

27 Véase, por ejemplo, la declaración de Boutros Boutros-Ghali, Secretario General de las Naciones Unidas, País 13 de enero de 1993: "[...] je veux ouvrir le volumineux dossier qui nous réunit ici sur sa piéce essentielle: l'angoisse d'homines, de femmes, d'enfants devant des armes imparables; des armes qui détruisent et tuent sans qu'il soit possible ni de combattre, ni de fuir, ni même de se défendre. Leurs effets fulgurants sur les soldats qui v étaient exposés, les séquelles irrémédiables qu'elles laissent aux combattants qui avaient la chance déen réchapper, les souffrances et la terreur que leur emploi engendraient chez. les hommes des tranchées, disent de I'horreur de cette arme. Nous sommes rassemblés ici pour dire que nous ne I'acceptons pius."—Copia en los archivos de los autores—. (En francés en el presente artículo, N. del T.).

28 SIPRI Yearbook 1996: World Armaments and Desarmament, 1996. p. 687.

29 News Chronology, Chemical Weapons Convention Bulletin, 31 de Julio de 1995.

30 Convention on the Prohibition of the Development, Production and Stockpiling of Bacteriological (Biological) and Toxin Weapons and on their Destruction (BCW es la sigla conocida internacionalmente, basada en el inglés. N. del T.), del 10 de abril de 1972, 11 ILM 3320. Schindler/Toman, op. cit. (nota4), p. 137. (Convención sobre la prohibición del desarrollo. la producción y el almacenamiento de armas bacteriológicas (biológicas) y toxínicas y sobre su destrucción, documento que, en español, puede consultarse en: Manual del Movimiento Internacional de la Cruz. Roja v de la Media Luna Roja, CICR, Ginebra, 1994, pp. 351-355, N. del T.). En marzo 24 de 1999, había 141 Estados Partes en ella.

31 Para una crítica de la BCW. véase Jozef Goldblat, "Convención sobre las armas biológicas - Consideraciones generales", RICR, no 141, mayo-junio de 1997, p. 263.

32 SIPR1 Yearbook 1996: World Armaments and Desarmament, 1993, pp. 287-288.

33 El programa de armas biológicas de Irak incluía una gama muy amplia de agentes y municiones. Entre ellos figuraban agentes letales (como el ántrax, la toxina de botulinum y el ricino), agentes incapacitantes (como aflatoxinas, micotoxinas y rotavirus) y agentes "económicos" (como un hongo que tizna el trigo).

34 Congreso de Estados Unidos, Office of Technology Assessment (OTA), Proliferation of Weapons of Mass Destruction: Assessing the Risks, OTA-ISC-559, 1993, p. 65.

35 Yevgeny Primakov, New Challenge after the Cold War: The Proliferation of Weapons of Mass Destruction, informe del Servicio de Inteligencia de la Federación de Rusia, 1993.

36 Sobre la base de las decisiones tomadas en la Conferencia Especial de Estados Partes en la BWC, en 1994.

37 Annabelle Duncan y Robert J. Mathews, "Development of a verification protocol for the Biological Weapons Convention", en Richard Guthrie (dir.), Verification 1996: The VERTIC Yearbook, 1997, pp. 151-70.

38 Por ejemplo, cuando no había transcurrido un mes después de la explosión de las bombas atómicas, el CICR envió una circular a los Comités Centrales de las Sociedades Nacionales en la que expresaba su profunda preocupación ante el empleo de las armas atómicas. En 1948, la XXII Conferencia Internacional de la Cruz Roja insté a todos los Estados a prohibir el empleo "para fines de guerra, de la energía atómica o de cualquier otra fuerza similar". Op. cit. (nota 20), p. 96.

39 Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), del 1 de julio de 1968. 729 UNTS (United Nations Treaty Series) 161, 7 1LM 809. En marzo 24 de 1999 había 183 Estados Partes en él.

40 Artículo IX(3), del TNP. (Traducción C1CR).

41 El artículo VI del TNP exige a los Estados Partes "llevar a cabo negociaciones de buena fe sobre medidas eficaces relativas al pronto cese de la carrera armamentista nuclear y al desarme nuclear" (traducción CICR), lo cual ha de llevar a la negociación de un tratado que proscriba las armas nucleares. Hay que anotar, no obstante, que Estados Unidos y la Federación de Rusia convinieron en realizar reducciones substanciales de sus arsenales nucleares, a través de tratados bilaterales - en particular los Tratados sobre la reducción y la limitación de las armas estratégicas ofensivas (START I y I I )- . Asimismo, ha habido intentos recientes de alentar a los Estados poseedores de armas nucleares a que reduzcan sus reservas de armas nucleares -por ejemplo, los intentos de la Comisión de Camberra- lo cual, se espera, contribuirá a lograr el objetivo último de eliminar las armas nucleares. Véase Report of the Camberra Commission on the elimination of nuclear weapons, Australian Department of Foreign Affairs and Trade, 1996.

42 Gareth Evans y Bruce Grant, Australia's foreign relations in the world of the 1990s, 2a ed., 1995, p. 84. (Traducción de la cita: CICR).

43 Loc. cit. (nota 22).

44 CTBT (sigla en inglés con la que se conoce internacionalmente, N. del T.), 24 de septiembre de 1996, Documento de la ONU A/50/1027/Anexo (1996), adoptado por la Asamblea General de la ONU, res. 50/245(1996); 35 ILM 1439 (todavía no ha entrado en vigor). En marzo 24 de 1999, había 29 Estados Partes en él.

45 Asamblea General de la ONU, res. 49/75 K (1995).

46 Legality of the Threat or Use of Nuclear Weapons, Advisory Opinion of 8 July 1996, l.C.J. Reports 1996, p. 226. (Traducción de las citas: CICR). Para un análisis detallado de las implicaciones de la opinión en el derecho internacional humanitario, véase R1CR, no 139, enero-febrero de 1997, pp. 3-126.

47 Ibid., Joint Opinion, párr. 105(2)E. (Traducción CICR).

48 Ibid., párr. 105(2)F. (Traducción CICR).

49 Estas cifras, basadas en datos de la ONU, son citadas en CICR (dir.), Acabemos con las minas terrestres, CICR, Ginebra, 1995, p. 6. Más recientemente, algunas fuentes han afirmado que el número total de minas terrestres desplegadas en el mundo entero se acerca más a la mitad de la cifra calculada de 110 millones o más. Véase Zdzislaw Lachowski, "The Ban of Anti-Personnel Mines", SIPRI Yearbook 1998: Armaments, Disarmament and Internacional Security, 1998, pp. 545-558.

50 Armas que pueden causar males superfluos o dañar sin discriminación, Informe del CICR, Ginebra, 1973.

51 Conferencia de expertos gubernamentales sobre el empleo de ciertas armas convencionales (Lucerna, 24.9-18.10 1974), Ginebra, 1975.

52 Conferencia de expertos gubernamentales sobre el empleo de ciertas armas convencionales (Segundo período de sesiones - Lugano, 28.1 - 26.2. 1976), Ginebra, 1976.

53 En el segundo período de sesiones, el Vicepresidente del CICR afirmó {ibid., p. 88): "Pienso, además, que es mucho mejor lograr resultados relativamente modestos, pero que sean la expresión de un amplio acuerdo, que elaborar proyectos magníficos en teoría, pero que carezcan de valor en la práctica, en razón de su carácter utópico. En resumidas cuentas, ello iría en perjuicio del derecho humanitario en su conjunto".

54 Supra, nota 11.

55 Véase J. Ashley Roach, "Certain Conventional Weapons Convention: Arms control or humanitarian law?", Military Law Review, Vol. 105, 1984, p. 3. (CCW es la sigla con la que se la conoce intemacionalmente. N. del T.)

56 Véase Burrus M. Carnahan, "The law of land mine warfare: Protocol II to the United Nations Convention on Certain Conventional Weapons", Military Law Review, Vol. 105, 1984, p. 73.

57 Por ejemplo, a comienzos de 1992 únicamente 31 Estados eran Partes en la CCW. Esta cifra se elevó a 57 en el proceso que condujo a la Conferencia de Examen de la CCW en 1995.

58 Protocol on Prohibitions or Restrictions on the Use of Mines, Booby-Traps and Other Devices, as amended on 3 May 1996 (Revised Protocol II to the 1980 Convention on Conventional Weapons) (1996), 35 I LM 1209 (en español: Protocolo sobre prohibiciones o restricciones del empleo de minas, armas trampa y otros artefactos, según fue enmendado el 3 de mayo de 1996 (Protocolo II a la Convención de Armas Convencionales (1996) (N. del T.).

59 Supra, nota 12.

60 Véase Lachowski, supra (nota 49).

61 Australia ratifies Landmines Ban Convention, Comunicado de prensa (15 de enero de 1999).

62 Two Swords for the Beating, alocución de Alexander Downer MP, Ministro de Relaciones Exteriores, en la Conferencia sobre Desarme, en Ginebra, el 3 de febrero de 1998, Peace and Disarmament News, marzo de 1998, pp. 12-13.

63 Por ejemplo, y como se discutió arriba, los imperativos de intenso sufrimiento humano forzaron al tradicionalmente apolítico CICR a adoptar una posición todo menos neutral en la campaña para proscribir las minas terrestres antipersonal. Obviamente, la neutralidad no corría peligro, ya que el CICR no criticaba a Estados específicos durante esta campaña.

64 El argumento según el cual los regímenes de desarme son los medios más eficaces para garantizar el respeto de los principios del derecho internacional humanitario relacionados con el despliegue de armas es discutido (en relación al ejemplo específico de la CWC) por Christopher Greenwood, Internacional Humanitarian Law and the Laws of War, Informem Preliminar preparado para el centenario de la Primera Conferencia Internacional de la Paz de La Hay a de 1899, en virtud de la Resolución 52/154 del 15 de diciembre de 1997, de la Asamblea General de la ONU y del documento de la ONU A/C.6/52/3 (1998), párr. 93, p. 41 (de la versión inglesa, N. del T.).

65 Additional Protocol to the Convention on Prohibitions or Restrictions on the Use of Certain Conventional Weapons Which May be Deemed to be Excessively Injurious or to Have Indiscriminate Effects (Protocole IV on Blinding Laser Weapons), del 13 de octubre de 1995; 35 ILM 1218. (Protocolo adicional a la Convención sobre prohibiciones o restricciones del empleo de ciertas armas convencionales que puedan considerarse excesivamente nocivas o de efectos indiscriminados {Protocolo IV sobre armas láser cegadoras), documento que puede encontrarse en español en Derecho internacional relativo a la conducciùn de las hostilidades, CICR, Ginebra, 1990, p. 211; N. del T.). En marzo 24 de 1999, 31 Estados eran Partes en dicho Protocolo.

66 Lot: cit. (nota 51), pp. 73-74.

67 Véase, por ejemplo, Disponibilidad de armas y la situación de la población civil en los conflictos armados, CICR, Ginebra, 1999.

68 Resolución de la Asamblea General de la ONU 46/36L (6 de diciembre de 1991).

69 "Seize the moment", alocución del Senador Gareth Evans ante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cuestiones de Desarme, Kioto, Japón, 27 de mayo de 1991, citada en Stockholm Internacional Peace Research Institute, SIPRI Yearbook 1992: World Armaments and Disarmament, 1992, p. 291. (Traducción de la cita: CICR; N. del T.)

70 Robin M. Coupland (dir.), Proyecto SIrUSpara determinar qué armas causan males superfluos o sufrimientos innecesarios, CICR, Ginebra, 1998.

71 Por ejemplo, en un documento de políticas titulado "El CICR y el desarmeí", loc. cit. (nota 20, pp. 100-101), el CICR afirmaba, inter alia, que "La Cruz Roja sabe que es de primordial necesidad para toda la humanidad defender enérgicamente la causa del desarme y que debe ir más allá en este combate [...]. No puede, sin embargo, tomar posición acerca de los medios que deben utilizarse para lograr el desarme, pues contravendría uno de sus principios fundamentales, el de neutralidad. Así pues, debe actuar, a nivel general, como ya lo ha hecho, asociándose, mediante diversas resoluciones de sus Conferencias Internacionales, al deseo expresado, con tanta frecuencia, en la ONU de que haya un desarme general y completo".

72 Aunque algunos al interior del CICR podrían cuestionar la validez del papel desempeñado por el CICR en el debate sobre las minas terrestres, nadie negaría que la razón primordial para el notable progreso alcanzado en años recientes en relación con limitaciones más completas sobre las minas terrestres fue la movilización de la opinión pública en contra de los efectos de estas armas. Una serie de organizaciones, entre las que figuran varias organizaciones internacionales humanitarias de socorro, asociaciones profesionales médicas, otras organizaciones no gubemamentales, así como el CICR, combinaron sus esfuerzos para influir en el resultado de las negociaciones de "Ottawa".