Los Estados que han aceptado los tratados internacionales relativos al derecho de la guerra deben «respetarlos y hacerlos respetar en todas las circunstancias».

Con motivo del X aniversario de la aprobación, el 8 de junio de 1977, de los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra de 1949 por la Conferencia Diplomática sobre la Reafirmación y el Desarrollo del Derecho International Humanitario Aplicable en los Conflictos Armados, la Revista ha querido que las Socìedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja participen en la redactión de este número especial para que sea el reflejo, lo más diversificado posible, de las opiniones de las Sociedades Nacionales de las distintas partes del mundo sobre los Protocolos y de las gestiones que éstas han emprendido para promover su ratification y su difusión.

La asistencia humanitaria en los conflictos armados y en caso de otros tipos de desastre pueden implicar a una gran variedad de instituciones y participantes que actúan simultáneamente, tales como organizaciones de defensa civil, unidades militares, Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, organizaciones internacionales gubernamentales y organizaciones no gubernamentales (ONG). Por consiguiente, la coordinaciñn de la asistencia humanitaria es un asunto delicado y complejo, tanto más cuanto que el concepto de coordinaciñn, como el de preparatiñn para casos de desastre en general, incumbe tanto al donante como al beneficiario.

El mes de mayo, la delegatión del CICR en Addis Abeba recibió la autorizacion del Gobierno etíope para reanudar parcialmente sus actividades de asistencia en el norte del país, que se habían suspendido, en diciembre de 1986, por decisión de las autoridades.

En junio, se reanudaron las distribuciones de socorros en Eritrea, la provincia más afectada por la sequía, así como en Tigré, donde la situación parece algo-mejor. No obstante, cabe esperar un aumento constante de las necesidades de la población civil entre los meses de julio y octubre, hasta el comienzo de las cosechas, dado que todavia no ha llovido y que una invasión de langostas amenaza sobre todo las regiones donde no puede evaluarse directamente la situación debido a la falta de seguridad. El CICR ha preparado un plan de actión con miras a contribuir, en la medida de lo posible, a la lucha contra dicho insecto.

En los últimos diez años se ha prestado cada vez más atención al fenómeno de las personas sin hogar y del hambre en Estados Unidos. A medida que la comunidad internacional se ha ido sensibilizando por lo que respecta al problema de los millones de personas hambrientas en el mundo, también los estadounidenses se han percatado de la presencia de esas personas en su propio territorio. Pocos (casi ninguno) de los organismos gubernamentales o privados puede hoy ignorar o dejar de tener en cuenta, al organizar sus servicios, las necesidades de las personas que carecen de hogar y que padecen hambre.

Hablar de los Convenios de Ginebra y del servicio de sanidad en campaña es remontarse a los orígenes, incluso del derecho internacional humanitario. Acaso éste no nació precisamente de la tragedia que vivió, el año 1859, en la batalla de Solferino, la desdichada cohorte de heridos a causa de una muy insuficiente organization de socorro en ambos bandos.

Después de Bucarest en 1977 y Manila en 1981, es hoy la tercera vez que, como presidente del CICR, tengo el honor de dirigirme a ustedes. Ya que es también la última vez, permítanme abusar de su paciencia porque —tras diez años de experiencias al frente del CICR— deseo compartir con ustedes, sin prestar demasiada atención a mi reloj, esta última ocasión que se nos brinda de hacer un balance y de echar juntos una mirada al futuro.

Sabemos que, al firmar y ratificar los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, las Altas Partes contratantes se comprometieron a buscar y a encausar a las personas que hayan cometido u ordenado cometer infracciones graves definidas en dichos Convenios, sea cual fuere su nacionalidad. Como ya hemos dicho en otro lugar, este compromiso expreso contrasta demasiado con las costumbres existentes y con las inmunidades tradicionales de que gozan, en este ámbito, los ciudadanos de un país para que se pueda legítimamente preguntar de qué manera piensan los Estados traducir ese compromiso en hechos y lograr la convicción profunda de los políticos, de los militares y de las autoridades judiciales acerca de sus implicaciones.

Por lo que atañe al Estado belga, nos preguntamos: «¿, Está mejor dispuesto que otros países y ha acostumbrado a los espíritus a imponer las sanciones de sus leyes penales a todo belga —sin distinción de rango ni de función— que haya desafiado una prohibición del derecho humanitario, no con fines interesados ni por sadismo, sino en nombre y por cuenta del Estado, en el marco de su actividad de defensa nacional?».

Impuesta por la esencia misma del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, la misiñn de urgencia no es una simple empresa de restauraciñn de las funciones vitales. Si bien es cierto que la mejor manera de caracterizarla es por referenda a las acciones de socorro que se llevan a cabo durante la fase aguda, para entenderla en su totalidad es conveniente también tener en cuenta la fase anterior de preparatiñn y las ulteriores de rehabilitatiñn y de desarrollo.

Desde que terminó la Segunda Guerra Mundial, la Cruz Roja Alemana en la República Federal de Alemania (CRA) atribuye gran importancia al desarrollo del derecho internacional humanitario. Los resultados de la Conferencia Diplomática de 1949, que elaboró los cuatro Convenios de Ginebra, suscitaron, naturalmente, un interés especial por la situación que reinaba en la Alemania ocupada de la posguerra y por los millones de prisioneros de guerra y de desaparecidos que aún había entonces. Después de que, en 1950 y 1959, se fundaran de nuevo la Cruz Roja Alemana en la República Federal de Alemania y la Cruz Roja Alemana en la República Democrática Alemana, respectivamente, siguió ese interés.

El 12.˚ Festival Internacional de Peliculas sobre la Cruz Roja y la Salud tuvo lugar, del 31 de mayo al 7 de junio, en Varna, Bulgaria. Organiza ese Festival, cada dos años, la Cruz Roja Bulgara y lo patrocinan la Liga, el CICR y la Organizatión Mundial de la Salud. Este año participaron unos 700 invitados procedentes de 55 países. Se presentaron, en total, 195 películas para concursar en las cuatro categorias del Festival: películas de la Cruz Roja/Media Luna Roja (58), corto y mediometrajes, televisión y largometrajes.

Creada el año 1977, la Divisiñn Médica del CICR despliega actividades en favor de los heridos de guerra, de los prisioneros, de la poblaciñn civil y de los mutilados de guerra. El objetivo primordial dee sas actividades es preservar la vida de las victimas, aliviar sus sufrimientos y evitar que las secuelas de las enfermedades que padeceno de sus heridas los conviertan en minusválidos.

En 1977, varios organismos internacionales aprobaron una serie de resoluciones relativas a la importancia de la difusión de los principios de la Cruz Roja y del derecho internacional humanitario. Aunque anteriormente ya se habian adoptado resoluciones al respecto, fue a partir de esa fecha cuando las instituciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja comenzaron a abordar la difusión de un modo más sistemático.

Tenemos el honor de comunicarles el reconocimiento oficial de la Sociedad de la Cruz Roja de Santa Lucía por el Comité International de la Cruz Roja. Con este reconocimiento, que surte efecto a partir del 1 de octubre de 1986, asciende a 140 el número de Sociedades Nacionales miembros del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

El 6 de mayo pasado, con motivo de la toma de posesión del señor Cornelio Sommaruga como 12.° presidente del CICR, la Asamblea del CICR rindió un vibrante homenaje al señor Alexandre Hay, que dirigió la Institución del 1 de julio de 1976 al 6 de mayo de 1987.

Los miembros del Comité y de la Dirección destacaron especialmente la profunda humanidad y la determinación con que el señor Alexandre Hay desempeñ ó su cargo durante un decenio jalonado por numerosos dramas.

Presentando el balance de lo que podría llamarse «el período Hay», la Revista International de la Cruz Roja desea rendir homenaje, a su modo, al presidente saliente. No pretende, en absoluto, que este balance sea un catálogo de las actividades que el lector bien conoce, sino más bien una reflexión sobre la problemática de la acción, sobre los cambios efectuados en la Institución, habida cuenta de las circunstancias, así como sobre lo que deja impronta en la continuidad de la obra.

En noviembre de 1977, el Gobierno belga confió a una comisión interdepartamental el estudio de las cuestiones relativas a la ratificación de los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra, aprobados el 8 de junio de ese mismo año, antes de que fuesen abiertos para la firma el 12 de diciembre. Se trataba, en esa etapa, de determinar si Bélgica debía formular alguna declaración interpretativa, incluso reserva, en el momento de la ratificación y de preparar el proyecto de ley para aprobarla. Esto suponía una concertación, no solamente entre los diferentes departamentos ministeriales concernidos por la aplicación de los Protocolos, sino también entre el Gobierno belga y los Gobiernos de los países miembros de la alianza militar de la que Bélgica formaba parte.

Con motivo de la 18.a Conferencia de las Sociedades Nacionales de la Media Luna Roja y de la Cruz Roja árabes, que se celebró en Doha (Qatar) del 2 al 5 de marzo (véanse las actas, p. 233), el presidente del CICR, señor Alexandre Hay, y el señor Cornelio Sommaruga, presidente electo, realizaron, del 21 de febrero al 5 de marzo, una misión en diversos países del Golfo, acompañados por el señor Serge Nessi, jefe de la División de Financiamiento.

El lunes, 31 de agosto de 1987, el vicepresidente de la República Popular de Bangladesh, el juez A.K.M. Nurul Islam, visitó la sede del CICR, donde fue recibido por el presidente de la Institutión, señor Cornelio Sommaruga.

Tenemos el honor de comunicarles el reconocimiento oficial de la Sociedad de la Cruz Roja de Santa Lucía por el Comité International de la Cruz Roja. Con este reconocimiento, que surte efecto a partir del 1 de octubre de 1986, asciende a 140 el número de Sociedades Nacionales miembros del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

Fundada el 26 de enero de 1984, la Sociedad solicitó oficialmente, el 20 de agosto de 1986, su reconocimiento por el Comité Internacional de la Cruz Roja. Para apoyar su solicitud presentó varios documentos, entre los cuales figuran el texto de sus Estatutos y un ejemplar del decreto gubernamental n.°

Desde el 20 de noviembre de 1986, Bélgica está obligada por las disposiciones no sólo de los Convenios de Ginebra de 1949, sino también por las de los Protocolos adicionales de 1977. Por consiguiente, todos los ciudadanos belgas deben tomar las medidas necesarias para dar cumplimiento a las obligaciones que les corresponden.

Al ratificar los Protocolos, Bélgica se comprometió a respetar y hacer respetar las citadas normas en toda circunstancia.