Al lado de las aspiraciones a la paz universal, esfuerzos para limitar los efectos de la guerra han tenido lugar en todo tiempo y en todas las grandes civilizaciones. Pero tales esfuerzos se han concretado, ante todo, mediante el enunciado de preceptos religiosos o morales y, si se han concertado algunos tratados, han tenido limitado alcance.

Por consiguiente, es erróneo pretender que el Convenio de Ginebra del 22 de agosto de 1864 es la primera manifestación de una voluntad de fijar límites humanitarios a la conducción de la guerra, pero es exacto considerarlo como el punto de partida del derecho internacional humanitario moderno, caracterizado por la elaboración de convenios abiertos a todos los Estados y de principios tendentes a la universalidad.

Entre 1864 y 1980, fue considerable la evolutión del derecho internacional humanitario, en dos direcciones: la protección de categorías cada vez mas numerosas de víctimas de los conflictos armados, por una parte, la restrictión en la libertad de elegir medios para dañar al enemigo, por otra parte. Es esencialmente la evolutión de las reglas que persiguen el segundo objetivo la que estudiaremos en el presente artículo.

Bela Kun instauró, el 21 de marzo de 1919, la dictadura del proletariado en la parte de Hungría que ni los rumanos, ni lo serbios, ni los checos ocupaban, es decir sobre todo en Budapest. El señor Haccius, delegado del CICR, acababa de llegar entonces a esa ciudad para ocuparse allí de la asistencia a los extranjeros y a la población civil, pero sobre todo de la repatriación de los prisioneros de guerra rusos. La actividad que desplegó este delegado, en tales circunstancias revolucionarias imprevistas, puede considerarse como la primera acción del CICR con respecto a los detenidos puramente «políticos» (de hecho, se puede apenas hablar de disturbios interiores, porque el golpe de Estado comunista no encontró sino poca resistencia y se llevó a cabo casi sin derramamiento de sangre). Esta vez, no se trataba, como en Rusia, de incluir, a veces, a nacionales en una ayuda prevista para los extranjeros, pues las dos catagorías estaban físicamente mezcladas, sino más bien de una decisión deliberada de innovar en interés de las víctimas que el CICR era el único en poder ayudar.

Tenemos el honor de comunicarles el reconocimiento oficial por el Comité Internacional de la Cruz Roja de la Sociedad de la Media Luna Roja de la República Árabe del Yemen. Con este reconocimiento, que surte efectos a partir del 22 de abril de 1982, asciende a 129 el número de Sociedades nacionales miembros de la Cruz Roja International.

La nueva Sociedad remitió, el 19 de abril de 1982, al Comité Internacional, su solicitud de reconocimiento, fechada el 7 de abril de 1982. A un informe sobre sus actividades y al texto de sus estatutos adjuntó copias del decreto presidencial, del 16 de julio de 1970, referente a la fundación de la Sociedad, así como de la declaratiín ministerial, del 15 de abril de 1982, en que se certinca que el Gobierno reconoce a la Sociedad de la Media Luna Roja como Sociedad voluntaria de socorros, independiente, auxiliar de los poderes públicos y única Sociedad de la Media Luna Roja de la Repiiblica Arabe del Yemen.

Durante su visita a Ginebra, el 2 de junio de 1982, el señior François Mitterrand, presidente de la República Francesa, visitó la sede del Comité Internacional de la Cruz Roja. Acompañaban al señor Mitterrand la señora Nicole Questiaux, ministra de Solidaridad Nacional, y el señor Jean Auroux, ministro de Trabajo. Fue recibido por el presidente del CICR, señor Alexandre Hay, y por el senor Marcel Naville, ex presidente del CICR, a quienes acompañaban miembros de la Directión. Estuvieron presentes, asimismo, representantes de las autoridades ginebrinas y de la Liga de Sociedades de la Cruz Roja.

Tras haber evocado los vínculos que, desde el siglo pasado, unen a Francia con el CICR, el señor Hay expuso al señor Mitterrand las actuales actividades del CICR.

El papa Juan Pablo II visitó, el 15 de junio de 1982, la sede del Comité Internacional de la Cruz Roja, en Ginebra. Es la primera visita de un soberano pontífice de la Iglesia católica romana al CICR. Lo acompañaban los cardenales A. Casaroli y B. Grantin, así como un numeroso cortejo de personalidades eclesiásticas.

A su llegada, el papa fue recibido por el presidente del CICR, señor Alexandre Hay, a quien acompañaban miembros del Comité Internacional y de la Directión, representantes de la Liga de Sociedades de la Cruz Roja, de la Cruz Roja Suiza y del Instituto Henry-Dunant. También estaban presentes representantes de las autoridades de la Confederatión Suiza, de la República y Cantón de Ginebra, de la Ciudad de Ginebra, de la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra, de la Organizatión Internacional del Trabajo.

La República del Zaire depositó, el 3 de junio de 1982, un instrumento de adhesión al Protocolo adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales (Protocolo I), aprobado en Ginebra, el 8 de junio de 1977.

De conformidad con las disposiciones de dicho Protocolo, éste entraná en vigor, para la República del Zaire, el 3 de diciembre de 1982.

Con esta adhesión, 23 Estados son Partes en el Protocolo I y 20 en el Protocolo II.

El señor Richard Pestalozzi, vicepresidente del CICR, y el señor Jean-Marc Bornet, delegado general para África, efectuaron, del 18 al 28 de marzo, una misión en Angola. Departieron con las autoridades acerca de las actividades del CICR tanto en el Planalto central como en el sur del país.

Actividades en el Planalto

En abril, fue más del doble el volumen de socorros distribuidos con respecto al mes anterior, ascendiendo a 456,5 toneladas para 45.720 beneficiarios (187 toneladas para 27.000 beneficiarios, el mes de marzo). Los dos siguientes factores explican, en gran parte, el aumento de las distribuciones: por una parte, la labor desplegada en la región de Katchiungo, tras la evaluatión de las necesidades, y, por otra parte, el comienzo de distribuciones generales en favor de unas 15.000 personas desplazadas en la provincia de Bie. Por lo demás, tras el ataque, el 20 de febrero pasado, a la municipalidad de Mungo (véase el último número de la Revista), el equipo del CICR sólo pudo reanudar progresivamente, a partir de finales de marzo, sus desplazamientos sobre el terreno.

En vísperas de la Segunda Reunión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas, dedicada al tema del desarme, los presidentes de la Comisión Permanente de la Cruz Roja Internacional, del Comité Internacional de la Cruz Roja y de la Liga de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja consideran que es su deber expresar la creciente preocupación del Movimiento mundial de la Cruz Roja por lo que atañe a la escalada, sin precedentes, de la carrera armamentista (armas nucleares y convencionales).

En el siguiente llamamiento, se expresa el espíritu en que, a lo largo de los 120 años de su existencia, se ha inspirado el Movimiento internacional de la Cruz Roja para desplegar sus actividades humanitarias en favor del género humano, sobre el cual se cierne actualmente la amenaza de una catástrofe que puede hacer palidecer a cada uno de los desastres hasta el presente registrados.

En 1981, el CICR, la Liga y el Instituto Henry-Dunant prosiguieron su labor de difusión del derecho internacional humanitario y de los principios de la Cruz Roja, en colaboracion con varias Sociedades nacionales de la Cruz y de la Media Luna Rojas y, a veces, con la participación de otras instituciones especializadas que no pertenecen al Movimiento de la Cruz Roja.

Como en estos últimos años, la Revista Internacional presenta aquí un resumen de algunos de esos trabajos de difusión realizados en 1981. En caso de que no se hayan tenido en cuenta algunas actividades al respecto, la Redactión de la Revista agradecerá que se le remita un resumen que, con agrado, publicará ulteriormente.

La difusión del derecho internacional humanitario es una labor a largo plazo que se prosigue ya desde hace varios años y continuará realizándose en el futuro. Deseando presentar una reseña sencilla tampoco damos en estas líneas detalladas definiciones de términos que pueden ya considerarse sabidos y de uso corriente, ni presentamos los organismos e instituciones que tienen un bien determinado cometido en el ámbito de la difusión. De ser necesario, tal presentatión figura en los resúmenes acerca de las actividades de difusión publicados, estos últimos años, en nuestra Revista Internacional de la Cruz Roja.