En este capítulo analizamos la novela de Manlio Argueta, Un día en la vida, un libro publicado por primera vez en 1980, en los albores de la Guerra Civil de El Salvador. Argueta nació en 1935 en San Miguel, El Salvador, y es uno de los más importantes de la nueva generación de escritores con orientación política de izquierda que estaban emergiendo en Centroamérica en las décadas de 1950 y 1960. Forma parte de la segunda etapa de la Generación Comprometida, un movimiento literario salvadoreño que siguió luego del movimiento van-guardista latinoamericano. Compuesto por un grupo de estudiantes jóvenes interesados en el cambio estructural, estos escritores se vieron influenciados por la revista literaria Frente Ventana en Nicaragua, así como por los eventos de la Revolución de Octubre en Guatemala y la Revolución Cubana. Su trabajo, como lo veremos en Un día en la vida, pone especial énfasis en la función social de la literatura. Ya siendo una figura conocida a finales de los 70, el trabajo de Argueta se consideraba demasiado peligroso para el régimen político y el escritor fue expulsado de El Salvador. Es durante su exilio en Costa Rica y mediante un encuentro con campesinos salvadoreños que Argueta escribe Un día en la vida. Argueta es celebrado ampliamente por sus poemas y novelas, incluyendo sus obras más conocidas: En el Costado de la luz (1967, Premio Centroamericano de Poesía “Rubén Darío”), El Valle de las Hamacas (1970, Premio Consejo Superior Universitario Centroamericano), Caperucita en la zona roja (1977, Premio Casa de las Américas), y Milagro de la paz (1994). Desde su regreso del exilio, Argueta ha sido reconocido continuamente en ámbitos nacionales e internacionales, habiendo fungido como Director de Arte y Cultura en la Universidad Nacional de El Salvador. También ocupó el quinto puesto en la lista de los 100 novelistas más importantes de Latinoamérica en el siglo XX, preparada por la Modern Library (Milian Arias 470).

Como lo sugiere el título, Un día en la vida se desarrolla a lo largo de un día en la vida de la protagonista, Guadalupe (Lupe) Guardado, una campesina pobre de Chalatenango. A lo largo de este día —un microcosmos simbólico de la vida cotidiana del campesinado salvadoreño— otras voces femeninas, como la de la hija de Lupe, María Pía, y su nieta Adolfina, se integran en la estructura de collage polifónico de esta novela.