Teatro y mimesis

La ceremonia pánica plantea una profunda reflexión sobre el funcionamiento de los mecanismos de la memoria y su impacto en la narración teatral. Gille afirma, al hablar de El Arquitecto y el Emperador de Asiria, que ‘par l'Empereur grotesquement tragique, Arrabal nous dit l'impossibilité d'oublier’ (p. 95). Estas palabras ofrecen el marco perfecto con que iniciar este capítulo; en efecto, la obra arrabaliana es un claro ejemplo de la imposibilidad de olvidar, de apartar los mecanismos de la memoria del proceso creativo que Arrabal intenta esclarecer.

La memoria, como se ha esbozado en el capítulo anterior, se entiende en el teatro de Arrabal como el pasado, como la sucesión de eventos vividos que se le ofrecen al autor como materiales con que componer la obra artística. De este modo, la memoria permite la representación de realidades que existen o han existido en el universo del creador. Esta re-presentación de elementos recuperados se explica a través del concepto de mimesis, que Patrice Pavis define como ‘la imitación o la representación de alguna cosa’. Fue Aristóteles quien en su Poética fijaría para siempre este concepto tan básico para las artes, pero especialmente para el teatro. El μύθος, lo que la obra de teatro cuenta, no es otra cosa sino la mimesis, la representación o reproducción de la πράξις, que es la acción que sucede en el universo del autor.