Este artículo resume los trabajos realizados en El
Opeño, Michoacán (ca 1500–1200 B.C.), un sitio
arqueológico del Formativo conocido desde 1940. Se trata de un
cementerio concebido con arquitectura funeraria, que puede ser antecedente
de esa secuencia de tumbas con diferentes diseños, continuada en la
tradición tardía de las “tumbas de tiro.” Igual
se resumen los objetos encontrados en esas construcciones, haciendo
énfasis en la lapidaria hecha en jadeita, procedente de Guatemala,
más las semejanzas de figurillas locales, puntas de obsidiana, y
esculturas en forma de “U” (los yuguitos),
localizados en sitios del altiplano central de México como Tlatilco
o Tlapacoya.