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Ciudadanas útiles para la Patria. La educación de las ‘hijas del pueblo’ en Argentina (1884-1916)*

Published online by Cambridge University Press:  11 December 2015

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A partir de la segunda mitad del siglo XIX se inició en la Argentina un proceso de crecimiento y diversificación económica y social que hizo posible para los hombres del ‘80 proyectar un orden de liberación y progreso. En efecto, la tarea de modernización tuvo sus primeras manifestaciones en torno a los años cincuenta, pero fue en los tiempos de la Argentina Moderna cuando se pudo dar forma definitiva al modelo agroexportador y su inserción al mercado mundial. La inversión de capitales extranjeros, la eliminación del “desierto” para obtener tierras económicamente productivas y la formación de un mercado de trabajo, a partir del disciplinamiento de la mano de obra nativa y el arribo de gentes de otras latitudes, fueron los aportes indispensables para poder concretarlo. Quedaba pendiente para el Estado de reciente organización-gracias al marco legal que concretaba la Constitución-un complejo desafío, el de “construir la nación.” El crecimiento económico estuvo acompañado por la consolidación del régimen político oligárquico de los “notables” que entendieron el ejercicio de la política como una facultad exclusiva de los que disponían de la riqueza, la educación y el prestigio social.

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Research Article
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Copyright © Academy of American Franciscan History 2001

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Footnotes

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Este trabajo forma parte del proyecto de tesis de doctorado presentado en la Universidad Autónoma de Madrid titulado “La socializatión política y la formación de formadores en Argentina (1870-1916)”. El mismo es dirigido por la Dra. Pilar Pérez Cantó y codirigido por la Dra. Sandra Gayol. Agradezco la atenta lectura y los sugerentes comentarios de la Dra. Asunción Lavrín.

References

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2. Al respecto encontramos el clásico trabajo, reeditado hace pocos años, Botana, de Natalio, El Orden Conservador: La política Argentina entre 1880–1916 (Buenos Aires: Sudamericana, 1996).Google Scholar En estos últimos años el enfoque de este autor sobre ese mundo estrecho de la política concebido por los “notables” ha sido cuestionado por Hilda Sábato explicando que la acción política, en lo que ha sido denominado por Habermas la esfera pública, habría permitido un margen de acción para aquellos sectores de la elite que, en apariencia, habrían quedado desplazados por el régimen del ochenta. Entre sus varios trabajos podemos mencionar, Sábato, HildaCiudadanía, participación política y formación de una esfera pública en Buenos Aires, 1850–1880” en Siglo XXI. Revista de Historia, segunda época, 11 (México: Instituto Mora, 1992).Google Scholar

3. Esta inestabilidad se hizo presente tempranamente en el mundo del trabajo y llevó a que se considerara a los inmigrantes anarquistas y socialistas como los responsables de poner en peligro a la nación. Al respecto se pueden mencionar, entre otros, los clásicos trabajos de: Adelman, Jeremy ed., Essays in Argentine Labour History, 1870–1930 (Basingstoke: Macmillan Press, 1992);CrossRefGoogle Scholar Falcon, Ricardo, El mundo del trabajo urbano (1890–1914) (Buenos Aires: CEAL, 1986);Google Scholar Godio, Julio, El nacimiento de la clase obrera argentina (Buenos Aires: Legasa, 1987).Google Scholar Sobre la política del Estado frente a los trabajadores: Suriano, Juan, “El Estado argentino frente a los trabajdores urbanos: política social y represión, 1880–1916,” Anuario 14 Escuela de Historia. Segunda Epoca (Rosario: Facultad de Humanidades y Artes. UNR, 1989 Google Scholar–90).

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5. El Monitor de Educación Común, Año II, 1882. Estos eran los conceptos brindados por José María Torres, por aquellos años Director de la Escuela Normal de Paraná considerada institución modelo en la formación del magisterio en el marco de la 5° sesión del Congreso Pedagógico de 1882. Las sesiones fueron íntegramente publicadas por este órgano de prensa del Consejo Nacional de Educación (CNE). Esta publicación de ser meramente informativa, a lo largo de los años, sus redactores aspiraron a convertirla en una vía de formación para los maestros, por lo cual se convierte en una de las fuentes más completas y vastas para abordar el tema educativo. En adelante, El Monitor.

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7. Sobre la cuestión educativa en la Argentina, la mayoría de los trabajos proceden del campo de Ciencias de la Educación. Entre los aportes más significativos se pueden citar los trabajos de: Adrián Ascolani comp., La Educación en Argentina. Estudios de Historia (Ediciones del Arca: Rosario, 1999); Cecilia Braslavsky, “La educación argentina (1955–1980), en El País de los argentinos. Primera Historia Integral, vol. V (Buenos Aires: CEAL, 1971); Cucuza, Héctor Ruben, De Congreso a Congreso. Crónica del Primer Congreso Pedagógico Argentino (Buenos Aires: Ed.Besana, 1986);Google Scholar Escudé, Carlos, El fracaso del proyecto argentino (Buenos Aires, Editorial Norma: 1990);Google Scholar Puiggrós, Adriana, Sujetos, disciplina y curriculum en los orígenes del sistema educativo argentino (Buenos Aires: Editorial Galerna, 1990);Google Scholar Puiggrós, Adriana, Historia de la educación argentina. 2 tomos (Buenos Aires: Editorial Galerna, 1991);Google Scholar Dir, Adriana Puiggrós. Coord, E. Ossana., La educación en las provincias y territorios nacionales, 1885–1945 (Buenos Aires: Editoria Galerna, 1993);Google Scholar Tedesco, Juan Carlos, Educación y sociedad en la Argentina (1800–1900) (Buenos Aires: CEAL, 1994);Google Scholar Weimberg, Gregorio, Modelos educativos en la historia de América Latina (Buenos Aires: Editorial Kapeluz, 1984).Google Scholar

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10. El Monitor, Año I, 1882, N° 1, p. 6.

11. Ibid., Año XVI, 1896, N° 278. Estas afirmaciones pronunciadas por Sarmiento en Chile en 1852, fueron recuperadas en aquel número de aquella publicación cuando se recordaba su figura.

12. Ibid., Año I, 1882, N° l, p. 7.

13. Ibid., Año I, 1882, N° l, p. 8.

14. A partir de 1880 el contingente inmigrante que arriba al país crece abruptamente. Tal como consignan los números, 50 millones de hombres y mujeres marcharon de Europa para aventurarse en la búsqueda de mejores oportunidades, de ellos 32.244.000 arribaron a Estados Unidos. Argentina recibiría 6.405.000. Aunque el porcentaje de los que retornaron nos habla de algo menos del 50%; el impacto que produjo su presencia en la sociedad la marcó definitivamente. Si se cotejan las cifras se percibe que, mientras en el Censo Nacional de 1895 se menciona que los inmigrantes representaban el 25% de la población, para el de 1914 la cifra ascendía al 30%. Estas cifras adquieren contundencia cuando se las compara con el caso de USA. A pesar de la numerosa recepción que sus fronteras ofrecieron a los hombres de otras tierras, el porcentaje de los residentes inmigrantes en el país nunca superaría el 15% de la población.

15. Cámara de Diputados de la Nación. Sesión 3 de marzo de 1880. En adelante C.D.

16. Ibid., Sesión del 15 de junio de 1906.

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24. El Monitor, Año III, 1884, N°60, p. 12.

25. Ibid., Año 1, 1882, N° 7, p. 208.

26. Sobre ese impulso a favor de la educación de la mujer por parte de los estados occidentales a fines del siglo XIX ver: Mayeur, François, “La educación de las niñas: el modelo laico” en Duby, George y Perrot, Michel orgs., Historia de las mujeres, vol 4 (Madrid: Taurus, 1993).Google Scholar Para el caso de Hispanoamérica, entre la variedad de aportes se puede consultar: Newland, Carlos, “La educación elemental en Hispanoamérica: desde la independencia hasta la centralización de los sistemas educativos nacionales,” The Hispanic American Historical Review 71 (1991).CrossRefGoogle Scholar Sobre México en particular ver: Vázquez, Josefina, Ensayos sobre historia de la educación en México (México, El Colegio de México: 1981).Google Scholar Ramos, Carmen, comp., Género e Historia (México: Instituto Dr. J.M.Mora y U.A.M., 1992).Google Scholar Para Perú: Villavicencio, Maritza, Del silencio a la palabra. Mujeres peruanas en los siglos XIX y XX (Lima: Flora Tristán, 1992);Google Scholar Fell, Eve Marie, “La pluma y la aguja: familia, mujer y educación en el Perú de fines de siglo XIX,” en Aizpuru, Pilar Gonzalbo, coord., Familia y Educación en Iberoamérica (México: El Colegio de México, 1999).Google Scholar Para Ecuador: Goetschel, Ana María, “Educación e imágenes de mujer” en, Moscoso, Marta, ed., Y el amor no era todo…Mujeres, imágnes y conflictos (Quito: Abya-Yala, 1996);Google Scholar Arango-Magdalena, Luz G. Viveros, León-Mara, Género e Identidad. Ensayos sobre lo femenino y lo masculino (Bogotá: Fac. Ciencias Humanas Uniandes, UN, 1995);Google Scholar Moscoso, Martha, “El papel de las mujeres en la educación familiar en Ecuador. Inicios del siglo XX,” en Pilar Gonzalbo Aizpuru, coord., Familia y Educación en Iberoamérica.Google Scholar Un análisis destacado para el caso de Chile es el de Gertrude Yeager, “Women's Roles un Nineteenth-Century Chile: Public Education Records, 1843–1883,” Latin American Research Review 18:3 (1983). Sobre Brasil se puede consultar: Besse, Susan K., Restructuring Patriarchy: The Modernization of Gender Inequality in Brazil, 1914–1940 (Chapel Hill: Univ. of North Carolina Press, 1996).Google Scholar

27. Ibid., Año I, 1882. N° 19, p. 571.

28. Ibid., Año I, 1882, N° 19, p. 574.

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32. El Monitor, Año I, 1882, N° 7, p. 220.

33. Ibid., Año I, 1882, N° 7 p. 220. Si se insistió a lo largo de estos años en el sentido de la educación de la niña, para el caso de los niños no se dejó de repetir que “El ideal a inculcar a todo joven, es el de llegar a ser un hombre viril. . . . Perseverar, no dejarse desalentar ni aún por los desaciertos. . . . El trabajo es el que produce todas las riquezas y que da los verdaderos títulos de nobleza . . . . Entre el trabajo, aun el más grosero y el trabajo intelectual, no hay bajo ese punto de vista ninguna diferencia. El hacha y el martillo son también instrumentos de civilización y progreso. . . .” Ibid., Año XXIII, N° 365, 1903.

34. Con esta cita comenzaba el libro de Suárez, José Bernardo, El tesoro de las niñas. Versión corregida y ampliada por Vicente García Aguilera (Buenos Aires: 1894), p. 1.Google Scholar

35. El Monitor, Año XXXII, 1914, N° 493.

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37. “La Escuela Moderna. Serie Elemental de Instrucción Primaria,” Economía doméstica al alcance de las niñas (Buenos Aires: Cabaut y Cía. Editores, 1914). S/autor, p. 22.

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39. La Escuela Moderna, pp. 20–26. Subrayado del autor.

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41. A propósito de la virtud de la mujer, en su momento Rousseau había comentado: “No importa sólo que la mujer sea fiel, sino que sea considerada tal por su marido, por sus parientes, por todo el mundo; importa que sea modesta, atenta, reservada, y que lleve a los ojos de los demás, como en su propia conciencia, el testimonio de su virtud; si importa que un padre ame a sus hijos, importa que estime a su madre. Tales son las razones que sitúan la apariencia incluso en el número de los deberes de las mujeres, y que hacen para ellas no menos indispensables el honor y la reputación que la caridad.....” Rousseau, Jean Jacques, Emilio, o de la Educación (Madrid: Alianza Editorial, 1990), p. 540.Google Scholar

42. Sobre la cuestión del reformismo social y la influencia del higienismo a fines del siglo XIX y principios del XX he encontrado un tratamiento sugerente, entre otros, en los siguientes autores: Alvarez, Andrea, “Ramos Mejía: salud pública y multitud en la Argentina finesecular” en Lobato, Mirta Zaida (editora), Política, médicos y enfermedades (Mar del Plata: Editorial Biblos-Universidad de Mar del Plata, 1998).Google Scholar Armus, Diego, “Los médicos”, en Profesiones, poder y prestigio (Buenos Aires: CEAL, 1981).Google Scholar Armus, Diego, “Enfermedad, ambiente urbano e higiene social. Rosario entre fines del siglo XIX y comienzos del XX”, en Sectores populares y vida urbana (Buenos Aires: CLACSO, 1984);Google Scholar Recalde, Héctor, La higiene y el trabajo, 2 vols (Buenos Aires: CEAL, 1988).Google Scholar Salvatore, Ricardo, comp., Reformadores sociales en Argentina, 1900–1940. Discurso, ciencia y contrato social (Buenos Aires: Instituto Torcuato Di Telia, 1992).Google Scholar Zimmermann, Eduardo, “Racial Ideas and Social Reform: Argentina, 1890–1916”, en Hispanic American Historical Review (February 1992).CrossRefGoogle Scholar Zimmermann, Eduardo, Los liberales reformistas. La cuestión social en la Argentina 1890–1916 (Buenos Aires: Sudamericana-Universidad de San Andrés, 1994).Google Scholar

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46. Ibid., p. 19.

47. Ibid., p. 27.

48. Ibid., p. 89.

49. cuestión ver, Sobre esta: Barrancos, Dora, “Socialismo, higiene y profilaxis social, 1900–1930” en, Zaida Lobato, Mirta, Política, médicos y enfermedades.Google Scholar

50. Sennet comenta al referirse al clima cultural de mediados del siglo XIX, que lo público tenía un significado diferente para el hombre y la mujer. Para la mujer representaba un riesgo de perder la virtud. Para el hombre cuando se “perdía en el público”, era el momento de despojarse de los represivos y autoritarios caracteres de respetabilidad. “ … para los hombres, la inmoralidad de la vida pública estaba unida a una tendencia a concebir la inmoralidad como una región de libertad más que de simple desgracia, como ocurría con las mujeres.” Sennet, Richard, El declive del hombre público (Barcelona: Ediciones Península, 1985), p. 34.Google Scholar

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52. El Monitor, Año T, 1882, N° 17, p. 539. En los primeros años de la implementatión de la educación común, las niñas no recibieron nociones de Instrucción Cívica; fue recién con la reforma de planes de estudio en 1888 cuando se consideró que a partir del 5°, las niñas recibieran aquella instrucción, mientras los niños eran formados a partir del 4° grado.

53. Ibid., Año I, 1882, N° 17, p. 539.

54. Las nuevas posibilidades que tuvieron las mujeres en algunos casos particulares de América Latina han sido analizadas en, Lavrín, Asunción, Women, Feminism and Social Change in Argentina, Chile and Uruguay, 1890–1940 (Lincoln: Univ. of Nebraska Press, 1995),Google Scholar particularmente Cap. II.

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57. Cañé, Miguel, “De cepa criolla” en, Viajes (Buenos Aires: Vs. ediciones).Google Scholar No se puede dejar de resaltar que esa elite “amenazada” utilizó la literatura no sólo para reafirmar el sitio de la mujer sino para presentar, a través de ella, la imagen de una sociedad patricia y de la patria trastocada frente al inmigrante que las corrompía. Es el caso de En la sangre (1889) de Eugenio Cambaceres donde la señorita Patricia Máxima es seducida por el inescrupuloso hijo de inmigrantes italianos, Genaro.

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59. La importancia de la vertiente maternalista en las primeras etapas del feminismo latinoamericano ha sido tratada entre otros trabajos por: Miller, Francesca, Latín American Women and the Search for Social Justice (Hanover: University Press of New England, 1991).Google Scholar Lavrín, Asunción, Women, Feminism and Social Change in Argentine, Chile and Uruguay, 1890–1940;Google Scholar Nari, Marcela, “Feminismo y diferencia sexual. Análisis de la ‘Encuesta Feminista Argentina’, en Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani. Tercera serie, núm. 12 (Buenos Aires: II semestre, 1995).Google Scholar Palermo, Silvana, “El sufragio femenino en el Congreso Nacional: Ideologías de género y ciudadanía en la Argentina (1916–1955),” en Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani. Tercera serie, núms. 16 y 17 (Buenos Aires: 2° semestre de 1997 y 1° de 1998).Google Scholar

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68. Un aporte que analiza la contribución del anarquismo en la elaboración de un cuerpo teórico en, materia de pedagogía y sus propias experiencias educativas es el de Barrancos, Dora, Anarquismo, educación y costumbres en la Argentina de principios de siglo (Buenos Aires: Contrapunto, 1990).Google Scholar

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70. Efectivamente solo algunas voces femeninas del anarquismo cuestionaron abiertamente ese modelo de comportamiento. Así por ejemplo en un artículo firmado bajo el seudónimo “Una Stiratrice” se ataca esa forma de comportamiento impuesto por la burguesía comentando: “La donna nella Società attuale é la vittima destinata ai capricci, alle pasione, e, delle volte, alla tirannia dell'uomo. Niente di piú ingiusto é la disuguaglianza stabilita artificiosamente tra l'uomo e la donna. . . . Oh, donne del popolo! ... Se avete coscienza di voi stesse, ribelattevi contra quiesti parassiti della Societá. . . . Viva la nostra Emancipazione! Viva l'Unione libera! Viva l'Anarchia!,” en La Voz de la Mujer, Buenos Aires, enero 8 de 1896. Un análisis sobre este periódico comunista-anárquico de las mujeres que circuló en Buenos Aires entre 1896-1897 se encuentra en Maxine Molineaux, “No God, No Boss, No Husband. Anarchist feminism in the 19th century Argentine,” Latin American Perspectives 48, vol. 3, 1 (1986).

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73. La práctica del infanticidio en Buenos Aires y la tensión entre el discurso de la maternidad y la defensa del honor femenino cuenta con el sugerente análisis de Ruggiero, Kristin, “Honor, Maternity, and Disciplining of Women: Infanticide in Late Nineteenth Century Buenos Aires,” The Hispanic American Historical Review 72:3 (1992).CrossRefGoogle Scholar

74. Estos comentarios aparecieron en sucesivas notas en La Nación, 1915. N° 15.587, 15.589, 15.591

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78. A propósito del radicalismo, su génesis y su lucha por alcanzar el poder político, se puede consultar el reciente aporte de Alonso, Paula, Entre la Revolución y las Urnas. Los orígenes de la Unión Cívica Radical y la política argentina en los años ‘90” (Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 2000).Google Scholar

79. Sobre esta cuestión se puede consultar, Wainermann, Catalina y Moreno, Martín, El trabajo de la mujer en la Argentina: un análisis preliminar de las ideas dominantes en las primeras décadas del siglo XX (Buenos Aires: CENEP, 1985).Google Scholar

80. Sobre ese universo de escritoras que reflejaron en sus páginas distintos aspectos de la vida y de la sociedad de su tiempo se puede consultar el trabajo de Frederick, Bonnie, Wily Modesty.Argentine Women Writers, 1860–1910 (Arizona: Arizona State University, 1998).Google Scholar

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85. En el trabajo de Sonsoles San Román se menciona que habrían existido en el caso europeo, particularmente el español—tres fases de incorporación de la mujer al sistema de educación pública. Para el caso argentino correspondería al último modelo, el de la maestra racional intuitiva, inspirado en el modelo de Fröebel, en el que se forma a las profesionales con un dispositivo de conocimientos y de manejos metodológicos para el trabajo en el aula, en: Román, Sonsoles San, Las primeras maestras. Los orígenes del proceso de feminización docente en España (Barcelona: Ariel, 1998).Google Scholar

86. Sobre esta cuestión, entre otros trabajos para el caso de Argentina podemos citar: Alliaud, Adriana, Los maestros y su historia: los orígenes del magisterio argentino, 2 tomos (Buenos Aires: CEAL, 1992).Google Scholar Lionetti, Lucía, “Las maestras segundas madres: un imaginario compartido por el ámbito público y el privado en Argentina (1870–1920),” en Ortega-Cristina, Margarita Sánchez, y Valiente, Celia, Género y ciudadanía: una revisión desde el ámbito privado” (Madrid: Ediciones de la Universidad Autónoma de Madrid, 1998);Google Scholar Morgade, Graciela, “La docencia para las mujeres: una alternativa contradictoria en el cambio hacia los saberes legítimos,” en Propuesta educativa (Buenos Aires: Año 4, N° 7, octubre 1992);Google Scholar Morgade, Graciela, “El determinismo de género en el trabajo docente de la escuela primaria”, en Cuadernos de Investigación, N° 12, IICE (Buenos Aires: Facultad de Filosofía y Letras-Miño Dávila, 1992);Google Scholar Maristany, José, Zandrino, Ma. Elena y Piñeiro, Laura, “Maestras y discursos: una política sexual de la palabra,” en Ma. Liscia, Herminia Di y Marisyany, José eds., Mujeres y Estado en la Argentina: educación, salud y beneficencia (Buenos Aires: Editorial Biblos, 1997);Google Scholar Yan-noulas, Silvia Cristina, Educar: ¿ Una Profesión de Mujeres? La feminización del normalismo y la docencia (1870–1930) (Buenos Aires: Kapeluz, 1996).Google Scholar De la vasta bibliografía sobre otras experiencias educativas y la feminización del magisterio, podemos mencionar: Apple, Michael, “E impossível entender a escola sem uma teoria da divisão sexual do traballio,” en Educaçao e Realidade. Vol.11, N°2 (Porto Alegre: 1986);Google Scholar Copelman, Dina, Women in the Classroom Struggle: Elementary Schoolteachers in London, 1870–1914 (Princeton: Princeton University Press, 1984);Google Scholar Fernández, Alicia, La sexualidad atrapada de la señorita maestra. Una lectura psicopedagógica del ser mujer, la corporeidad y el aprendizaje (Buenos Aires: Nueva Visión, 1992);Google Scholar Koven, Seth and Sonya, Michel, “Womanly duties: maternalist politcs and the origins of welfare states in France, Germany, Great Britain and the United States 1880–1920,” The American Historical Reviw 95:4 (1990);Google Scholar Palmer, Steven and Chaves, Gladys Rojas, “Educating Señorita: Teacher Training, Social Mobility, and the Birth of Costa Rican Feminism, 1885–1925,” Hispanic American Historical Review 78:1 (1998);CrossRefGoogle Scholar Strober, Myra H. and Lanford, Audri Gordon, “The Feminización of Public School Teaching: Cross-Sectional Analysis, 1850–1880”, Sing 2 (1986).Google Scholar Wayne, Urban, “Historical studies on teacher education,” Houston, R., ed., Handbook of research on teacher education (New York/London: MacMillan publishing Company, 1990).Google Scholar

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