El autor, abogado y consultor independiente, nos da cuenta, de primera mano, de la conflictiva Asamblea Constituyente de Bolivia (AC), donde delegados constituyentes elegidos produjeron una nueva constitución política del Estado en 2006–2007. En la AC, movimientos sociales desafiaron modelos de democracia tradicionales representativos, empujando nuevos modelos participativos los cuales incorporaban reivindicaciones étnicos para la justicia. El artículo examina los principales actores (partidos políticos, movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales y grupos opositores) y los obstáculos al proceso como la falta de consenso sobre metas y estrategias, la capacidad institucional limitada y una estructura reglamentaria que facilita el veto minoritario de la decisión mayoritaria. El autor concluye que estos problemas finalmente hicieron posible que los intereses y partidos alrededor de la AC dictaran los resultados en lugar de los delegados elegidos.