Una de las características de los países de reducido ingreso real percapita es la alta proporción de la fuerza de trabajo ocupada en las actividades de tipo primario, la muy reducida proporción de ocupación en el sector industrial y la baja participación del empleo correspondiente a los servicios. En relación con esta mencionada característica varios economistas han puesto de manifiesto la marcada correlación estadística existente entre la distribución ocupacional y el desarrollo económico. Entre ellos se destacan Colin Clark, A. G. B. Fisher y Jean Fourastie, quienes han sostenido la tesis de que cuando la economía de un país pasa de la primitiva etapa agraria a un estadio urbano-industrial, la estructura del empleo sufre un cambio característico: la fuerza laboral pasa primero de las actividades primarias a las secundarias, y en una etapa posterior a las actividades de tipo terciario.