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Estados Unidos, México y el machismo*
Published online by Cambridge University Press: 02 January 2018
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Entre las figuras mexicanas más discutidas resalta el macho, el superhombre del vulgo. Ha sido preocupación de sicólogos, sociólogos, filósofos, historiadores, poetas y hasta folkloristas. Algunos, como el folklorista Vicente T. Mendoza, lo han explicado como fenómeno causado por el clima, o tendencia heredada por los mexicanos de los andaluces. Por otra parte, muchos otros comentadores le han dado al machismo explicaciones basadas en las teorías de Freud. El machismo —se nos dice— tiene sus orígenes en la Conquista, cuando Hernán Cortés y sus conquistadores llegan a México y violan a las mujeres de los aztecas. De este acto de violencia nace el mestizo, quien odia y envidia al padre español y desprecia a la madre india —en ambos casos como resultado de sus complejos edipales.
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- Research Article
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- Copyright © University of Miami 1967
Footnotes
Este trabajo fue leído ante la Sección de Folklore del XXXVII Congreso Internacional de Americanistas, Mar del Plata, Argentina, el 9 de setiembre de 1966. Está basado principalmente en investigaciones hechas con la asistencia de una beca de la fundación John Simon Guggenheim y de una subvención de la Universidad de Texas.
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6 Ibid., pp. 75-76.
7 Hay que incluir las colecciones de décimas en la cuenta, además de las de corridos, canciones y cantares.
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11 Ibid., p. 82.
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15
“None but the brave,
None but the brave,
None but the brave deserve the fair.“
16 Hay que tomar en cuenta que hay otra tradición, europeísta, la de Henry James.
17 Localmente, especialmente en el centro del país en donde hay muchos habitantes de ascendencia alemana y escandinava, persiste la anglofobia hasta nuestros días.
18 Véase la obra de Geismar, Maxwell, Rebels and Ancestors: The American Novel 1890-1915 (New York: Hill and Wang, 1963) acerca del machismo en estos autores.Google Scholar
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21 Véase la página vi del prefacio de The Great Plains, en donde el autor considera la conquista de las Grandes Llanuras como “una nueva fase de la civilización aria”.
22 Especialmente los capítulos V, VII y VIII.
23 Webb, , The Great Plains, p. 168.Google Scholar
24 Ibid., p. 169.
25 Ibid., pp. 180-184.
26 Ibid., pp. 167-179.
27 Ibid., pp. 173-175.
28 Ibid., p. 168.
29 Notemos, por ejemplo, este pasaje de un libro dizque histórico. El famoso bandido Billy the Kid acaba de capturar a varios mexicanos y les quita sus armas: El Kid examinó los cuchillos que estaban sobre el suelo cerca del fuego. Eran de finísimo acero y muy bien acabados. Sintió admiración por los cuchillos y tuvo el impulso de quedarse con ellos, pero dio otra orden, “Échenlos al fuego. Nada más los traicioneros cargan cuchillos”. Hamlin, William Lee, The True Story of Billy the Kid (Caldwell, Idaho: The Caxton Printers, 1959), pp. 209–210.Google Scholar
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