Hostname: page-component-7bb8b95d7b-w7rtg Total loading time: 0 Render date: 2024-09-27T02:17:11.583Z Has data issue: false hasContentIssue false

La conexión entre ambientes de tierras bajas y altas en el límite Cuyo Patagonia (Argentina): Un análisis sobre el transporte y uso de obsidiana Laguna del Maule

Published online by Cambridge University Press:  20 September 2023

María Laura Salgán*
Affiliation:
Instituto de Evolución, Ecología Histórica y Ambiente, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas-Universidad Tecnológica Nacional (CONICET-UTN); Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo, San Rafael, Mendoza, Argentina
M. Paz Pompei
Affiliation:
Instituto Superior de Estudios Sociales, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas-Universidad Nacional de Tucumán (CONICET-UNT), San Lorenzo, San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina
Adolfo Gil
Affiliation:
Instituto de Evolución, Ecología Histórica y Ambiente, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas-Universidad Tecnológica Nacional (CONICET-UTN); Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo, San Rafael, Mendoza, Argentina
Gustavo Neme
Affiliation:
Instituto de Evolución, Ecología Histórica y Ambiente, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas-Universidad Tecnológica Nacional (CONICET-UTN); Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo, San Rafael, Mendoza, Argentina
Patricia Sruoga
Affiliation:
Instituto de Geología y Recursos Mineros, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas-Servicio Geológico Minero Argentino, Buenos Aires, Argentina
Michael D. Glascock
Affiliation:
Archaeometry Laboratory, University of Missouri Research Reactor Center, Columbia, MO, USA
*
Autora de contacto: María Laura Salgán; Email: lsalgan@mendoza-conicet.gob.ar
Rights & Permissions [Opens in a new window]

Resumen

Este trabajo busca conocer las estrategias tecnológicas, los rangos de acción y la conectividad en las estrategias humanas de ambientes marginales. Se discute, para el caso del sur de Mendoza, el modelo clásico de trashumancia cazadora recolectora entre tierras bajas y altas. El estudio se centra específicamente en El Payén y en el uso de la obsidiana andina Laguna del Maule. En El Payén, esta obsidiana ocupa el primer lugar entre las variedades conocidas y su uso se vinculó a circuitos de movilidad estacional que involucraban tierras bajas y altas. La obsidiana Laguna del Maule posee dos subtipos geoquímicos, el Subtipo 1 registrado en cordillera, y el Subtipo 2 localizado en depósitos fluviales distales. En este trabajo modelamos las estrategias de interacción de tierras altas con tierras bajas, enfocándonos en modelos propuestos para La Payunia, que ponen énfasis en la tecnología lítica y se articulan con análisis geoquímicos y geoarqueológicos. Los resultados sostienen que las poblaciones de El Payén obtenían este recurso mediante distintas estrategias tecnológicas: un aprovisionamiento serial del Subtipo 2, con circuitos de movilidad centrados en tierras bajas; diferente al Subtipo 1 de aprovisionamiento cíclico, que habría involucrado la interacción entre tierras altas y tierras bajas.

Abstract

Abstract

This article investigates the technological strategies, the home ranges, and the connectivity of human strategies in marginal environments. For southern Mendoza, the classic model of hunter-gatherer transhumance between lowlands and highlands is discussed. For this, the article focuses on El Payén and the use found there from the Andean obsidian source at Laguna del Maule. In El Payén, this obsidian occupies first place among the known varieties, and its use is linked to seasonal mobility circuits that involved lowlands and highlands. The Laguna del Maule obsidian has two geochemical subtypes: subtype 1 from the highlands and subtype 2 from distal fluvial deposits. We model the different interaction strategies between the highlands and the lowlands. For this, we focus on proposed models for La Payunia, which emphasize lithic technology and are articulated with geochemical and geoarchaeological analyses. The results support that the populations of El Payén obtained this resource through different technological strategies. Serial sourcing for subtype 2, with lowland-centered mobility circuits, is different from subtype 1, with cyclical sourcing, which would have involved interaction between the highlands and lowlands.

Type
Article
Copyright
Copyright © The Author(s), 2023. Published by Cambridge University Press on behalf of the Society for American Archaeology

La forma en que las poblaciones humanas resuelven la incongruencia espacial y temporal entre los recursos y los asentamientos humanos es central para entender las estrategias sociales. En ese marco, el rango de explotación de los recursos y la posible conectividad entre ambientes es un aspecto clave de variación en la evolución del comportamiento humano. En el sur de Mendoza, esta conexión clásicamente fue asumida bajo un modelo de trashumancia estacional donde el movimiento de las poblaciones articuló los ambientes de altura con las tierras bajas (Gambier Reference Gambier1985; Lagiglia Reference Lagiglia1997). Durán (Reference Durán1997), propuso un modelo basado en las estrategias etnográficas de cazadores recolectores, donde la fusión/fisión estacional de las poblaciones sería la estrategia con la que se conectaron estos ambientes.

En los últimos años se ha abordado desde distintos indicadores la conectividad e interacción de poblaciones humanas; entre ellos cabe mencionar el estudio de las materias primas y los recursos disponibles en cada ambiente, principalmente a partir de análisis geoquímicos y de trazado isotópico (Barberena et al. Reference Barberena, Hajduk, Gil, Neme, Durán, Glascock and Giesso2011; Durán et al. Reference Durán, Giesso, Glascock, Neme, Gil and Sanhueza2004; Giesso et al. Reference Giesso, Durán, Neme, Glascock, Cortegoso, Gil and Sanhueza2011; Gil et al. Reference Gil, Neme, Ugan and Tykot2011; Neme y Gil Reference Neme and Gil2008). En los estudios sobre obsidiana, la ampliación de los análisis geoquímicos sobre artefactos, la localización de fuentes y la incorporación de los análisis líticos han permitido abordar los rangos espaciales y de conectividad humana (Cortegoso et al. Reference Cortegoso, Neme, Giesso, Durán, Gil, Gil and Neme2012, Reference Cortegoso, Yebra, Durán, Barberena, Lucero, Cornejo, Giesso, MacDonald and Glascock2020; Durán et al. Reference Durán, Giesso, Glascock, Neme, Gil and Sanhueza2004; Giesso et al. Reference Giesso, Durán, Neme, Glascock, Cortegoso, Gil and Sanhueza2011; Neme y Gil Reference Neme and Gil2008; Salgán, Gil y Neme Reference Salgán, Gil and Neme2014; Salgán et al. Reference Salgán, Gil and Neme2012; Stern Reference Stern2018). En El Payén, la obsidiana ocupa el segundo lugar entre las materias primas recurrentes del registro arqueológico, a pesar de la heterogeneidad en la distribución espacial de sus fuentes de procedencia (Neme y Gil Reference Neme and Gil2008). En las últimas dos décadas, los esfuerzos por ubicar geográficamente las fuentes de obsidiana permitieron encontrar al menos siete localidades geológicas en Nordpatagonia e identificar sus características geoquímicas. Estas localidades se distribuyen entre los ambientes de altura (Laguna del Diamante, Paramillos, Las Cargas y Laguna del Maule 1) y los de tierras bajas (El Peceño, Coche Quemado, Laguna del Maule 2 y Cerro Huenul; Barberena et al. Reference Barberena, Hajduk, Gil, Neme, Durán, Glascock and Giesso2011, Reference Barberena, Fernández, Rughini, Borrazzo, Garvey, Lucero and Negra2019; Cortegoso et al. Reference Cortegoso, Neme, Giesso, Durán, Gil, Gil and Neme2012, Reference Cortegoso, Yebra, Durán, Barberena, Lucero, Cornejo, Giesso, MacDonald and Glascock2020; Giesso et al. Reference Giesso, Durán, Neme, Glascock, Cortegoso, Gil and Sanhueza2011; Salgán et al. Reference Salgán, Garvey, Neme, Gil, Giesso, Glascock and Durán2015, Reference Salgán, Pompei, Diéguez, Glascock, Neme and Gil2020). Recientes estudios han permitido identificar particularidades en los circuitos de movilidad y posibles cambios en los rangos de acción, no perceptibles desde escalas macrorregionales (Barberena et al. Reference Barberena, Hajduk, Gil, Neme, Durán, Glascock and Giesso2011, Reference Barberena, Fernández, Rughini, Borrazzo, Garvey, Lucero and Negra2019; Cortegoso et al. Reference Cortegoso, Neme, Giesso, Durán, Gil, Gil and Neme2012, Reference Cortegoso, Yebra, Durán, Barberena, Lucero, Cornejo, Giesso, MacDonald and Glascock2020; Salgán y Pompei Reference Salgán and Pompei2017).

El Payén es un amplio campo volcánico limitado por los ríos Grande y Colorado, con registros de ocupación humana recurrentes durante los últimos 2000 aP aproximadamente, aunque con evidencia de uso humano desde hace 7.500 años (Figura 1; Gil Reference Gil2006). Aquí, la obsidiana Laguna del Maule es la más representada de las variedades conocidas y ocupa el segundo lugar en los conjuntos líticos del área, luego de las rocas silíceas consideradas de disponibilidad local (Salgán Reference Salgán2013, Reference Salgán2015; Salgán, Bertotto y Garrido Reference Salgán, Bertotto and Garrido2014; Salgán et al. Reference Salgán, Gil and Neme2012). Como fuente de aprovisionamiento, los primeros registros de la obsidiana Laguna del Maule se realizaron en el Complejo Volcánico Laguna del Maule, ubicado en la cordillera de los Andes, en el límite internacional de Argentina y Chile (Figura 1), que, junto con Las Cargas (Salgán et al. Reference Salgán, Garvey, Neme, Gil, Giesso, Glascock and Durán2015), es considerada una de las fuentes de obsidiana de mayores dimensiones de los Andes del sur (Barberena et al. Reference Barberena, Fernández, Rughini, Borrazzo, Garvey, Lucero and Negra2019). En Laguna del Maule se diferenciaron dos subtipos geoquímicos: Laguna El Maule Subtipo1 y Laguna del Maule Subtipo 2 (véase la discusión en Barberena et al. Reference Barberena, Fernández, Rughini, Borrazzo, Garvey, Lucero and Negra2019). La obsidiana Laguna del Maule Subtipo 1 (en adelante LM1) fue ubicada geográficamente en la cordillera andina (Barberena et al. Reference Barberena, Fernández, Rughini, Borrazzo, Garvey, Lucero and Negra2019; Giesso et al. Reference Giesso, Durán, Neme, Glascock, Cortegoso, Gil and Sanhueza2011), mientras que Laguna del Maule Subtipo 2 (en adelante LM2) fue documentada como nódulos naturales en los depósitos fluviales del Río Barrancas (Fernández et al. Reference Fernández, Barberena, Rughini, Giesso, Durán, Cortegoso and Borrazzo2017; Gil y Neme Reference Gil and Neme2013). Debido a la similitud geoquímica entre ambas se considera que el origen de LM2 se encuentra en el complejo volcánico homónimo (Barberena et al. Reference Barberena, Fernández, Rughini, Borrazzo, Garvey, Lucero and Negra2019). La presencia de LM2 en el Río Barrancas propone un nuevo escenario e interrogantes para el registro arqueológico de El Payén, ya que ubica esta materia prima como fuente secundaria a una distancia cercana a los sitios del área. En este sentido nos preguntamos si la disponibilidad de nódulos de obsidiana en el Río Barrancas continúa su dispersión en el Río Colorado.

Figura 1. Región de La Payunia, áreas de estudio y fuentes de obsidiana del sur de Mendoza.

Este trabajo tiene como objetivo analizar el modo de articulación humana entre los ambientes de tierras altas y tierras bajas, a partir de la tecnología lítica. El estudio se centra en el registro arqueológico de El Payén, como ambiente de tierras bajas, y la localización de la fuente Laguna del Maule, disponible en ambos ambientes, aunque con distintas características geoquímicas y morfológicas (Figura 1). Para ello se realizaron análisis tecnológicos y geoquímicos de artefactos de obsidiana de conjuntos arqueológicos de superficie y estratigrafía, correspondientes al Holoceno tardío; y se retomaron estudios previos a la luz de nueva información.

Un modelo para el aprovisionamiento y uso de los recursos líticos en El Payén

Área de estudio y antecedentes de investigación

El Payén se extiende al sur del campo volcánico de La Payunia (36°00′3″ y 37°34′50″ S) y se encuentra en el ambiente geológico denominado de retroarco andino, a 180 km aproximadamente hacia el este del arco volcánico principal (Llambías et al. Reference Llambías, Bertotto, Risso and Hernando2010). Ocupa una superficie de aproximadamente 20.800 km2 y está limitada al oeste y al sur por los ríos Grande y Colorado, respectivamente (Figura 1), en las provincias fitogeográficas de Patagonia y Monte (Cabrera Reference Cabrera and Kugler1976). El clima es árido-semiárido y no posee importantes cursos de agua permanente (Martínez Carretero Reference Martínez Carretero2004). Las características geológicas, de vegetación, ambientales y etnohistóricas entre el sur de Mendoza y el norte de Neuquén llevaron a integrar ambos sectores en una unidad espacial de análisis denominada Nordpatagonia (Lagiglia Reference Lagiglia1997) o Patagonia cuyana (Borrero Reference Borrero, Gil and Neme2012).

Estudios previos sostienen que el Área El Payén (en adelante AEP) fue ocupada de modo efectivo durante el Holoceno tardío, cuando las poblaciones necesitaron o pudieron explotar ambientes marginales como los del campo volcánico y la cordillera andina (Gil Reference Gil2006; Neme y Gil Reference Neme and Gil2008). El marcado contraste ambiental con las regiones vecinas habría facilitado las relaciones de interacción entre poblaciones. Salgán (Reference Salgán2013) y Salgán, Bertotto y Garrido (Reference Salgán, Bertotto and Garrido2014) llevaron a cabo una caracterización de la base regional de recursos líticos de AEP y de las principales tendencias respecto de los modos de aprovisionamiento y el uso de las rocas desde una perspectiva biogeográfica. Entre las rocas de origen local se destacan las rocas silíceas (chert, jaspe y ágatas) con frecuencias de uso superiores al 90% del total de las rocas representadas en los conjuntos arqueológicos, y el basalto que, pese a su abundancia en AEP, representa sólo el 1%. Por otra parte, la obsidiana, no disponible localmente, ocupa el segundo lugar en los conjuntos y no se encuentra localmente (9%; Salgán Reference Salgán2013). Otros bienes no locales incluyen moluscos, algunos tipos cerámicos y productos vegetales domésticos, entre otros. Estos elementos han permitido proponer la existencia de redes de alianza (Durán Reference Durán2000), de intercambio (Neme y Gil Reference Neme and Gil2008) o de relaciones de interacción (Borrero Reference Borrero, Gil and Neme2012) que implicaron el vínculo entre poblaciones, así como el transporte y el uso de recursos exóticos.

En el sur de Mendoza existen diferentes modelos referidos a la movilidad de las poblaciones humanas que involucran a La Payunia. Gambier (Reference Gambier1985) propone que los grupos locales habrían realizado desplazamientos desde tierras bajas a tierras altas y viceversa, a los que suma posibles movimientos menores hacia la llanura oriental en época invernal para aprovechar recursos estacionales. Según este autor, los grupos habrían convergido en las tierras altas durante el verano para la cacería y serían portadores de tradiciones similares. Por otro lado, Lagiglia (Reference Lagiglia1997) sostiene que los grupos sociales se desplazaban en amplios circuitos que involucraban ambas vertientes cordilleranas. La movilidad y el uso de los ambientes estaría organizado en circuitos paralelos, uno a cada lado de la cordillera. Posteriormente, Durán (Reference Durán1997, Reference Durán2000) retoma los planteos de Gambier (Reference Gambier1985) y propone que estos ambientes no necesariamente se habrían ocupado en cada estación, sino que pudieron ser alternativas en un circuito plurianual definido en un área muy extensa que involucraba la costa-cordillera-sierra, circuitos que en los últimos 2000 años aP aproximadamente habrían sido modificados por procesos de diferenciación social entre los grupos ubicados entre cordillera y piedemonte, por un lado, y planicie oriental o tierras bajas por otro. Durán (Reference Durán1997) reportó diferencias en la tecnología, en particular en la morfología de puntas de proyectil. En AEP, Gil (Reference Gil2006) propuso que las poblaciones habrían mantenido una baja movilidad residencial, con frecuente interacción intersocietal, como redes de alianza que facilitaban el acceso a los recursos disponibles en otros territorios.

Los estudios geoquímicos realizados sobre artefactos de obsidianas recuperados en AEP revelan que esta materia prima fue obtenida en las fuentes próximas de la cordillera andina (Laguna del Maule 65%; Las Cargas 6%) y tierras bajas (Cerro Huenul 22%; El Peceño 4%), además de grupos químicos de procedencia aún desconocida (desconocidas grupo A 1%; desconocidas 2%; Giesso et al. Reference Giesso, Durán, Neme, Glascock, Cortegoso, Gil and Sanhueza2011; Salgán, Gil y Neme Reference Salgán, Gil and Neme2014). Estos estudios señalan que no se empleó obsidiana procedente de distancias mayores a los 200 km (e.g., Laguna del Diamante, Paramillos y Portada Covunco, entre otras). En base a estos estudios se propuso un modelo de aprovisionamiento y uso de los recursos líticos que permitió dar cuenta y discutir las estrategias tecnológicas de AEP (Salgán Reference Salgán2013; Salgán, Gil y Neme Reference Salgán, Gil and Neme2014).

Modelo de aprovisionamiento y uso de recursos líticos en área El Payén

El modelo considera la relación entre la base regional de recursos líticos, la distribución de los conjuntos arqueológicos y su caracterización tecnológica. Se tomó la distancia de 40 km entre sitio y fuentes para discriminar aquellos recursos considerados de disponibilidad local de los no locales, según lo propuesto para Patagonia (Civalero y Franco Reference Civalero and Franco2003; Meltzer Reference Meltzer, Ellis and Lothrop1989). En la caracterización tecnológica, se tuvieron en cuenta los conceptos y relaciones espaciales de las trayectorias artefactuales propuestas por Custer y colaboradores (Reference Custer, Cavallo and Stewart1983) y Carr (Reference Carr2005), mientras que para el análisis de los sistemas de producción, se tomaron los conceptos de Ericson (Reference Ericson, Ericson and Purdy1984).

Se plantean dos estrategias de adquisición de recursos líticos relacionadas con las poblaciones móviles, que pueden coexistir o no, en la tecnología. La primera implica un sistema de abastecimiento serial de los recursos líticos, disponibles en los espacios cercanos a los ocupados en sus ciclos anuales o estacionales (sensu Custer et al. Reference Custer, Cavallo and Stewart1983). Las fuentes de roca cercanas serían visitadas en el transcurso de las actividades de subsistencia, lo que genera un patrón similar a la estrategia de abastecimiento incluida o embedded planteada por Binford (Reference Binford1979). El abastecimiento serial implica el aprovisionamiento directo de rocas disponibles a una distancia menor o igual a los 40 km. En el registro arqueológico, se espera que las materias primas locales se encuentren sobrerrepresentadas, con frecuencias que superen el 75% en los conjuntos (Custer et al. Reference Custer, Cavallo and Stewart1983) y que reflejen un sistema de producción terminal (sensu Ericson Reference Ericson, Ericson and Purdy1984), donde se encuentran representadas todas las etapas de la secuencia de reducción. La segunda estrategia corresponde a un sistema de abastecimiento cíclico, en áreas con recursos líticos de distribución puntual en el espacio. Este implica el uso de una fuente lítica específica, disponible en espacios próximos a los ocupados en el ciclo de movilidad anual, pero a una distancia mayor a 40 km de los sitios. Esta estrategia requiere que la población realice incursiones directas a la fuente, donde tendrían lugar las etapas primarias de descortezamiento y confección de formas base. Se espera que los recursos obtenidos por medio de estrategias cíclicas representen frecuencias regionales que fluctúen entre el 25% y el 10% del total de las materias primas utilizadas, dado que disminuye su representación en los conjuntos a medida que crece la distancia a la fuente de origen. La estrategia cíclica directa es compatible con sistemas de producción de tipo secuencial (sensu Ericson Reference Ericson, Ericson and Purdy1984), donde las primeras etapas de reducción se encuentran en el espacio no local. Por último, cabe mencionar una variedad de esta segunda estrategia que también hace referencia a recursos exóticos, pero obtenidos como parte de redes de interacción, comercio y/o intercambio. El abastecimiento, en este caso, es denominado cíclico indirecto, la frecuencia de las materias primas es menor al 5% del total de rocas utilizadas y la trayectoria de producción es de tipo irregular (Ericson Reference Ericson, Ericson and Purdy1984), por lo que se espera que sólo se registren como instrumentos terminados, con eventos de reciclaje y/o reactivación de filos.

En AEP, el modelo permite sostener la coexistencia de al menos dos estrategias de abastecimiento de recursos líticos. La primera hace referencia al uso de las rocas silíceas (Salgán Reference Salgán2015; Salgán, Bertotto y Garrido Reference Salgán, Bertotto and Garrido2014). Su abastecimiento responde a una estrategia serial de recursos locales situados en diferentes puntos del espacio y visitados en los circuitos de movilidad anuales o estacionales (Custer et al. Reference Custer, Cavallo and Stewart1983). Esta estrategia supone la reocupación frecuente de los sitios y, desde la tecnología lítica, los conjuntos presentarían un sistema de reducción terminal (Ericson Reference Ericson, Ericson and Purdy1984). La segunda estrategia registrada hace referencia al aprovisionamiento cíclico directo e indirecto de obsidiana, como recurso no local. La obsidiana constituye el 9% del total de las materias primas registradas en los conjuntos líticos, de los cuales el 97% fue caracterizado por métodos geoquímicos (Salgán et al. Reference Salgán, Gil and Neme2012; Salgán, Gil y Neme Reference Salgán, Gil and Neme2014). Los estudios realizados hasta el momento nos permiten sostener un aprovisionamiento cíclico directo de la obsidiana Laguna del Maule y Cerro Huenul. Ambas variedades de obsidiana, desde el punto de vista tecnológico, presentan todas las etapas de producción en los sitios, lo que implica el acceso directo y repetido de obsidiana Laguna del Maule (65%) y en menor medida, de Cerro Huenul (22%). Señalan una direccionalidad sur–norte de traslado de rocas en AEP, conforme disminuyen la frecuencia y las etapas de producción representadas (Salgán Reference Salgán2013; Salgán, Gil y Neme Reference Salgán, Gil and Neme2014). Sobre la base de la caracterización tecnológica de la obsidiana Laguna del Maule se propusieron tres posibles rutas de acceso a la fuente cordillerana. Dos rutas asociadas a las cuencas hídricas de los ríos Barrancas y Colorado, donde el recurso ingresaría en AEP por el sur, y una tercera en el centro-oeste, asociada a la cuenca del Río Grande (Salgán, Gil y Neme Reference Salgán, Gil and Neme2014). Por su parte, los artefactos de Las Cargas y El Peceño se corresponden con estrategias cíclicas indirectas, dado que representan sistemas de producción lítica irregulares (sensu Ericson Reference Ericson, Ericson and Purdy1984) y fueron caracterizadas como resultado de estrategias de intercambio (Salgán Reference Salgán2013; Salgán, Gil y Neme Reference Salgán, Gil and Neme2014).

Laguna del Maule en el contexto arqueológico de Nordpatagonia: Caracterización geológica, geográfica y geoquímica

El Complejo Volcánico Laguna del Maule (CVLM, 36° S 70°30′ O, 2.300-2.000 m snm) se encuentra ubicado en la Cordillera de los Andes, ocupa una superficie aproximada de 500 km2 alrededor de la laguna homónima en Chile, y se extiende a lo largo de 40 km en el límite binacional (Figura 1). Desde el punto de vista tectónico, forma parte de la Zona Volcánica Sur que abarca el sistema de arco y retroarco volcánico actual al sur de 33° S, directamente vinculado a la subducción de la placa de Nazca. El CVLM está constituido por más de 130 centros independientes, cuya actividad se remonta a 1,5 Ma (Hildreth et al. Reference Hildreth, Godoy, Fierstein and Singer2010). Su registro postglacial (<25 ka; Hildreth et al. Reference Hildreth, Godoy, Fierstein and Singer2010) es particularmente recurrente, incluyendo eventos eruptivos de naturaleza efusiva, con producción de lavas y domos, así como también explosiva, con emisión de flujos y caídas piroclásticas. Los depósitos de tefra se hallan muy bien preservados en territorio argentino hasta el valle del Río Grande. Estudios tefrocronológicos (Gho et al. Reference Gho, Sruoga, Amigo, Fierstein, Elissondo, Kaufman and Toloza2019; Sruoga et al. Reference Sruoga, Elissondo, Fierstein, García, González and Rosas2015) han identificado al menos 45 centros y aproximadamente 90 eventos eruptivos de distinta magnitud en los últimos 25.000 años. La composición química es relativamente homogénea, con predominio de términos riolíticos y riodacíticos y subordinadamente andesíticos y basáltico-andesíticos.

La obsidiana es frecuente en los centros volcánicos individuales, tanto en Chile como en Argentina. En la zona fronteriza, se destacan los centros Barrancas, Divisoria y Cari Launa, con ocho, dos y dos coladas independientes, respectivamente (Sruoga et al. Reference Sruoga, Elissondo, Fierstein, García, González and Rosas2015). Barrancas, ubicado en el extremo sudoriental del CVLM, representa el centro más productivo en los últimos 14 ka (Sruoga et al. Reference Sruoga, Elissondo, Fierstein, García, González and Rosas2015). Las coladas de obsidiana corresponden a los productos más jóvenes (<10 ka; Singer et al. Reference Singer, Le Mével, Licciardi, Córdova, Tikoff, Garibaldi, Andersen, Diefenbach and Feigl2018), y presentan aspecto vítreo muy fresco (Figura 2a). En CVLM, se encuentran otras dos lagunas de menores dimensiones, denominadas Laguna Fea y Laguna Negra (Figura 2a), ambas con disponibilidad de obsidiana caracterizada como LM1 (Barberena et al. Reference Barberena, Fernández, Rughini, Borrazzo, Garvey, Lucero and Negra2019).

Figura 2. Área El Payén, sectores y sitios arqueológicos: (a) muestreos en el Complejo Volcánico Laguna del Maule; (b) sitios arqueológicos mencionados en el trabajo, Sector Norte: (1) La Peligrosa; (2) Cueva Delerma. Sector Central: (3) Puesto Mira; (4) Cara Cura 1; (5) Alpa Este; (6) Loma Alta. Sector Sur: (7) Rincón Blanco; (8) Agua de Pérez; (9) PRC Tren; (10) Carmonina; (11) PRC; (12) El Batro y El Batro 1, 2, 4 y 5; (13) Corcovo.

Luego de la primera caracterización espacial y geoquímica del CVLM, realizada por Seelenfreund y colaboradores (Reference Seelenfreund, Rees, Bird, Bailey, Bárcena and Durán1996), numerosos muestreos de campo y de colecciones arqueológicas lograron definir dos subtipos químicos: LM1 y LM2 (Barberena et al. Reference Barberena, Fernández, Rughini, Borrazzo, Garvey, Lucero and Negra2019; Fernández et al. Reference Fernández, Barberena, Rughini, Giesso, Durán, Cortegoso and Borrazzo2017; Giesso et al. Reference Giesso, Durán, Neme, Glascock, Cortegoso, Gil and Sanhueza2011; Gil y Neme Reference Gil and Neme2013). Barberena y colaboradores (Reference Barberena, Fernández, Rughini, Borrazzo, Garvey, Lucero and Negra2019) ubican a LM1 en la cordillera de los Andes y a LM2 en la cuenca media y baja del Río Barrancas (Figura 1). Los autores, a partir de muestreos en el Río Barrancas, identificaron nódulos de obsidiana transportados por el cauce fluvial que fueron caracterizados como LM2. Dicho estudio amplió la disponibilidad de esta fuente a 90 km aguas abajo del CVLM (Barberena et al. Reference Barberena, Fernández, Rughini, Borrazzo, Garvey, Lucero and Negra2019).

La obsidiana Laguna del Maule es la segunda fuente de obsidiana más utilizada en el sur de Mendoza, luego de Las Cargas, y constituye la señal química con mayor frecuencia en el registro arqueológico de AEP (Cortegoso et al. Reference Cortegoso, Neme, Giesso, Durán, Gil, Gil and Neme2012; Salgán, Gil y Neme Reference Salgán, Gil and Neme2014; Salgán et al. Reference Salgán, Gil and Neme2012; Sanhueza et al. Reference Sanhueza, Cornejo, Durán, Cortegoso, Yebra, Glascock, MacDonald and Giesso2021). En el registro arqueológico el uso de obsidiana Laguna del Maule se documenta desde el Holoceno temprano, en sitios de piedemonte como Gruta del Manzano (Neme et al. Reference Neme, Gil, Garvey, Llano, Zangrando, Franchetti, De Francesco and Michelli2011) y El Mallín (Giesso et al. Reference Giesso, Durán, Neme, Glascock, Cortegoso, Gil and Sanhueza2011), mientras que en AEP fue identificada en los conjuntos del Holoceno medio en el sitio Cueva Delerma (Salgán Reference Salgán2013).

Materiales y métodos

Para poder responder al objetivo propuesto se consideraron tres diferentes abordajes: (1) muestreo geológico y morfológico de la cuenca alta y media del Río Colorado, (2) análisis geoquímico de muestras de obsidiana de colecciones arqueológicas y geológicas y (3) análisis tecno-morfológico de las colecciones.

Muestreo geológico

Con el objetivo de identificar la disponibilidad de obsidiana en el cauce del Río Colorado, se definieron seis unidades de muestreo superficiales. La primera fue realizada en las nacientes del Río Barracas (Figura 2b, unidad A) y las cinco restantes en diferentes puntos del cauce superior y medio del Río Colorado (Figura 2b, unidades B a F). En cada unidad de muestreo, cuatro personas realizamos caminatas paralelas al cauce fluvial por un tiempo aproximado de 60 minutos, donde recolectamos todos los nódulos de obsidiana observados. Debido a que los nódulos presentaban corteza y en muchos casos se encontraban cubiertos de sedimentos, se realizaron pruebas de piqueta para corroborar la materia prima. En las unidades de muestreo los nódulos naturales fueron caracterizados siguiendo las medidas de tamaño y ancho-espesor relativos, según los propuestos por Scasso y Limarino (Reference Scasso and Limarino1997).

En la unidad A, ubicada en la cuenca superior del Río Barrancas, las muestras recolectadas fueron medidas de forma relativa y descartadas in situ, a excepción de tres nódulos destinados a estudios geoquímicos. En las unidades B a F, se midieron y recolectaron todos los nódulos observados. Las unidades B, C y D fueron ubicadas de modo equidistante, a 50 km de distancia lineal una de otra. Por otro lado, las unidades E y F fueron ubicadas a 41 km y 21 km de distancia, respectivamente, debido a los impedimentos topográficos y ausencia de caminos para acceder al río (Figura 2b).

Además, en las unidades del Río Colorado (B a F) se tomaron las medidas máximas de los nódulos en milímetros, se consideraron largo (L), ancho (A) y espesor (E), medidos con calibre digital. El producto de estas medidas permite el cálculo del volumen en mm3 (posteriormente dividido por 100, para reducir decimales). Entre las variables morfológicas se calcularon las de grado de redondeamiento de los nódulos, siguiendo el diagrama de Kent State University (0,1, 0,3, 0,5, 0,7 y 0,9, siendo 0,1 la categoría más angulosa y 0,9 la más redondeada) y la textura de la corteza (lisa, burbujas, estrías, incisiones o rugosa). También fue realizado el análisis de la forma (sensu Shelley Reference Shelley1993) que resulta del grado de redondez y la morfología de los nódulos. Esta medida permite predecir las estrategias de reducción de los nódulos y la diversidad de instrumentos que pueden producirse.

Estudio geoquímico de las muestras

En el estudio geoquímico se consideraron 140 muestras, que fueron analizadas en el Laboratorio de Arqueometría del Research Reactor Center de la Universidad de Missouri (MURR) entre 2009 y 2015. Las muestras poseen un tamaño mayor o igual a 3 cm de espesor, que es el recomendado para estudios geoquímicos no destructivos (Glascock et al. Reference Glascock, Braswell, Cobean and Shackley1998). Del total analizado, n = 80 muestras son inéditas y se procesaron en el espectrómetro Bruker Tracer III-V y Thermo Quant'X (n = 52 artefactos arqueológicos y n = 28 muestras geológicas). Seis de las muestras geológicas fueron recolectadas en los diferentes flujos volcánicos del cerro Barrancas (CB1: 36°12′26″ S, 70°24′24″ O a CB6: 36°10′52″ S, 70°28′25″ O; Figura 2a). Otras 13 piezas fueron obtenidas en los depósitos fluviales del arroyo Edmundo, donde se buscó caracterizar la mayor variedad macroscópica en los puntos M1 (n = 7: 36°11′54″ S, 70°23′43″ O) y M2 (n = 6: 36°11′8″ S, 70°23′27″ O; Figura 2a), y las nueve restantes, corresponden a los muestreos en los ríos Barrancas (n = 2, unidad A) y Colorado (n = 7, unidad B).

Por otro lado, se sumaron otras 56 muestras de colecciones arqueológicas de AEP, analizadas en 2008 por el Bruker I (Giesso et al. Reference Giesso, Durán, Neme, Glascock, Cortegoso, Gil and Sanhueza2011; Salgán, Gil y Neme Reference Salgán, Gil and Neme2014; Salgán et al. Reference Salgán, Gil and Neme2012), que no contaban con la especificación de subtipo. En los conjuntos arqueológicos de AEP, se recuperó hasta el momento un total de 330 artefactos de obsidiana, de los cuales sólo el 53% posee un tamaño apropiado para estudios geoquímicos no destructivos. En todos los casos, la técnica utilizada para el análisis de los elementos traza fue la de Fluorescencia de Rayos X (XRF). El análisis y la determinación de las muestras seleccionadas para este trabajo fueron procesadas en tres diferentes espectrómetros: Bruker I y Bruker Tracer III-V; y ThermoScientific ARL Quant'X EDXRF (Glascock y Ferguson Reference Glascock and Ferguson2012). El espectrómetro Bruker I permite medir 11 elementos químicos (K, Ti, Mn, Fe, Zn, Ga, Rb, Sr, Y, Zr y Nb) y su calibración fue realizada en base a 15 muestras de distintas fuentes de obsidiana analizadas por tres diferentes métodos (Giesso et al. Reference Giesso, Durán, Neme, Glascock, Cortegoso, Gil and Sanhueza2011; Salgán, Gil y Neme Reference Salgán, Gil and Neme2014). El Bruker Tracer III-V cuantifica 12 elementos (K, Ti, Mn, Fe, Zn, Ga, Rb, Sr, Y, Zr, Nb y Th) y, por último, el Thermo Quant'X procesa resultados para 10 elementos (Mn, Fe, Zn, Rb, Sr, Y, Zr, Nb, Ba y Th). Estos dos últimos instrumentos fueron calibrados usando un set de 40 muestras procedentes de distintas fuentes de obsidiana, según protocolos del MURR (Glascock y Ferguson Reference Glascock and Ferguson2012). La diferencia en el número de muestras que sirvieron para calibrar los espectrómetros hizo necesario recalibrar los resultados de Bruker I, para que fueran compatibles con los obtenidos de Bruker III-V y Thermo Quant'X. Si bien los tres instrumentos analizan distinto número de elementos, al estar calibrados con el mismo número de fuentes sus resultados son comparables. Esto posibilitó ajustar la determinación de aquellos artefactos que no contaban con la caracterización de subtipo (Giesso et al. Reference Giesso, Durán, Neme, Glascock, Cortegoso, Gil and Sanhueza2011; Salgán Reference Salgán2013). Los resultados fueron procesados por el programa GAUSS Run-Time Module, desarrollado por el MURR (Glascock et al. Reference Glascock, Braswell, Cobean and Shackley1998).

Análisis tecno-morfológico

Los conjuntos se agruparon según sitio y subtipo geoquímico. Se consideraron las variables: clase tipológica, que comprende a los artefactos formatizados (de reducción unifacial o bifacial) y artefactos sin formatización con rastros complementarios, los núcleos y los desechos de talla (Aschero y Hocsman Reference Aschero, Hocsman, Acosta, Loponte and Ramos2004). Los desechos de talla, a su vez, fueron agrupados en: lascas externas (lascas con reserva de corteza), lascas internas (lascas sin corteza) y lascas de filo (lascas planas y de reactivación de filo). Se consideraron las medidas de tamaño máximo (largo, ancho y espesor) en mm tomadas con calibre digital, el peso en gramos, y estado de los artefactos (entero o fracturado). Las clases tipológicas permiten caracterizar las diferentes etapas de la secuencia de reducción, entendida como un continuum en el cual las relaciones entre los atributos de los productos y los procesos de producción son predecibles (Elston Reference Elston, Elston and Raven1992). A su vez, en los artefactos formatizados enteros fue calculado el volumen en mm3; esta medida es un indicador de tamaño que permite estimar el volumen de las formas base buscadas y de la materia prima transportada, para compararlas con las medidas de los nódulos y/o bloques registrados en las fuentes de materia prima. Se consideró el peso en gramos de los artefactos según procedencia, y se espera que las materias primas de fuentes locales permitan el traslado de mayor peso de roca en relación con las fuentes no locales de la misma materia prima.

Resultados

Se analizó un total de 183 piezas de obsidiana, incluyendo materiales arqueológicos de AEP (n = 112), muestras geológicas de la fuente Laguna del Maule (n = 19) y de los ríos Barrancas (n = 21) y Colorado (n = 31).

Muestreo geológico en los cauces fluviales

En la Figura 3 se observa la variación de tamaños y la relación ancho espesor relativos (Scasso y Limarino Reference Scasso and Limarino1997). En la unidad A, ubicada en la cuenca superior del Río Barrancas (36°12′43″ S, 70°22′19″ O) a 1.900 m snm, se realizaron muestreos geológicos donde se recolectaron 21 nódulos naturales (Figura 4). Se destacan los tamaños grandísimo y muy grande (Figura 3), con una longitud máxima de 20 cm, que, según estudios previos, pueden alcanzar los 40 cm en su eje mayor (Barberena et al. Reference Barberena, Fernández, Rughini, Borrazzo, Garvey, Lucero and Negra2019). En cuanto al módulo relativo ancho espesor, la categoría mediana (62%) es frecuente (Figura 4b). La categoría de tamaño mediano-grande presenta mayor variedad de módulo ancho espesor. Los nódulos se recuperaron enteros, poseen forma redondeada (50%), angulosa (30%) y sub-redondeada (20%), con corteza de textura superficial lisa (51%) y rugosa (49%).

Figura 3. Unidades de muestreo geológico y tamaño relativo de los nódulos de obsidiana (sensu Scasso y Limarino Reference Scasso and Limarino1997) en los ríos Barrancas (unidad A) y Colorado (unidades B a F). (Color en la versión electrónica)

Figura 4. Muestreo geológico en las cuencas fluviales: (a) unidad de muestreo A; (b) nódulos de obsidiana en la misma unidad; (c) unidad de muestreo B; (d) nódulos superficiales en unidad B (fotografías de María Laura Salgán). (Color en la versión electrónica)

En la unidad B, ubicada en las nacientes del Río Colorado, a 90 km de distancia lineal de la unidad A, se recolectaron 25 nódulos (Figura 4c), con 9 cm en su eje mayor, que pueden llegar a 10 cm (Barberena et al. Reference Barberena, Fernández, Rughini, Borrazzo, Garvey, Lucero and Negra2019). Aquí se reducen de tamaño los nódulos y prevalecen los mediano-pequeño y grande (Figura 3). La relación ancho espesor es con mayor frecuencia mediana (60%). No se registraron nódulos grandísimos (Figura 4d). El 52% de los nódulos se recuperó entero; las formas son en su mayoría sub-redondeadas (54%) y con corteza rugosa (40%; Tabla 1).

Tabla 1. Medidas de tamaño de los nódulos recolectados en las unidades de muestreo en el Río Colorado.

La unidad C se encuentra próxima al puente denominado El Portón y dista 50 km de la unidad B. En esta unidad se obtuvo un único nódulo de obsidiana, que posee tamaño mediano-pequeño y espesor corto-ancho; el estado es entero, con 7,1 cm en su eje mayor, de forma sub-redondeada y con corteza lisa. La unidad D se encuentra próxima al puente Pata Mora y a 50 km de C. Se recolectaron tres nódulos naturales, uno muy grande (33%) y dos medianos (67%). Respecto a la relación ancho espesor, el primero es mediano y los dos restantes cortos-anchos, con 3,3 cm en su eje mayor. En los tres la forma es redondeada y la textura rugosa (Tabla 1). La unidad E se encuentra próxima al puesto La Orilla, a 41 km de la unidad D; se registraron dos nódulos mediano-pequeños, con espesor corto-ancho y mediano, que alcanzan 3,6 cm en su eje mayor. La forma de ambos nódulos es redondeada y la corteza rugosa. Por último, en F, ubicada en el área denominada Corcovo y a 21 km de la unidad E, no se registraron hallazgos (Tabla 1).

En la Figura 3 se observa que la mayor variedad de tamaños grandes se registra en la unidad A, en las nacientes del Río Barrancas. A partir de la unidad B no se registran tamaños mayores a los 9 cm, y aguas abajo del Río Colorado prevalecen los tamaños medianos-pequeños (unidades C a E), de entre 6 cm a 3 cm en su eje mayor. En la Tabla 1 se detallan las variables de medida, forma y textura de corteza analizadas en los nódulos del Río Colorado. Se observa que en la unidad D, ubicada a 100 km aguas abajo de la unidad B, los nódulos se reducen a n = 3 y la media de volumen disminuye nueve veces su valor; hay un aumento en la frecuencia de la corteza externa rugosa y formas redondeadas. Esto implica una disminución de la visibilidad de los nódulos en el lecho del río, dado el menor volumen y la corteza rugosa. Se observa que el valor de desvío estándar del volumen en la unidad B no se diferencia del valor de media, lo que indica que el conjunto de nódulos de esta unidad es cercano a la misma. En cambio, en las unidades C a E, los valores de desvío estándar del volumen medio indican una mayor variabilidad en el volumen de los nódulos (Tabla 1).

Caracterización geoquímica

Las piezas analizadas provienen de 17 sitios arqueológicos donde se analizó el total de piezas con tamaño recomendado para la técnica de fluorescencia de rayos X. Se procesaron 176 piezas, que corresponden al 53% de las muestras de AEP; el 47% restante pertenece a lascas de tamaño menor a 3 cm, recuperadas en contextos estratigráficos.

En la Figura 5 se observa la información de las muestras analizadas (Tabla Suplementaria 1). La Figura 5a muestra los valores de concentración de Rb y Zr frente a Sr y Rb de los artefactos arqueológicos (n = 112). En ella se observa que ambos subtipos están representados en el área. La Figura 5b muestra los valores de concentración de Sr frente a Zr para las muestras geológicas de cerro Barrancas y los muestreos en Arroyo Edmundo (Figura 2a), que corresponden a LM1; al igual que los dos nódulos seleccionados en la unidad A del Río Barrancas. Por otro lado, las siete muestras de nódulos del Río Colorado fueron atribuidas a LM2, sin registro de LM1. Dos muestras geológicas del Campo Volcánico Laguna del Maule aportaron valores atípicos, pero en ninguno de los casos resultaron similares a las fuentes cercanas Cerro Huenul y Coche Quemado (Figuras 1 y 5b).

Figura 5. (a) Correlación de Rb/Zr versus Sr/Rb de los datos medidos para XRF, de artefactos arqueológicos (códigos de piezas) para los subtipos LM1 y LM2 (elipses); (b) correlación de Sr versus Zr de los valores para XRF, de las muestras geológicas del Complejo Volcánico Laguna del Maule y de las unidades de muestreo de los ríos Barrancas y Colorado.

En la Tabla 2 se detalla el número total de artefactos de obsidiana registrados por sitio, el número de piezas analizadas por la técnica de XRF, la determinación geoquímica de los subtipos de Laguna del Maule y la referencia bibliográfica en el caso de los conjuntos publicados. En AEP, el 42% (n = 47) corresponde a obsidiana LM1, y el 58% (n = 65) a LM2. Se observa que en los conjuntos de los sectores norte y central, se registran frecuencias mayores de LM1 por sobre LM2; mientras que en el sector sur, LM2 es la más representada.

Análisis lítico

En la Tabla 3, se detallan los conjuntos discriminados por señal geoquímica, clase tipológica y estado de los artefactos. El conjunto superficial (n = 89; 80%) corresponde a 12 sitios y presenta mayor número de piezas enteras (66%) en ambos subtipos de obsidiana; es donde se encuentra la mayor diversidad de clases tipológicas. El conjunto estratigráfico (n = 23; 20%) está representado por cinco sitios y corresponde en todos los casos a ocupaciones de los últimos 2000 años aP aproximadamente (Gil Reference Gil2006; Salgán Reference Salgán2013). En estos, son frecuentes los artefactos fracturados (74%). La clase tipológica más representada es la correspondiente a desechos de talla.

En los artefactos LM1 (n = 47; 42%), las clases tipológicas registradas corresponden a las últimas etapas de la secuencia de reducción (artefactos formatizados, lascas internas y de filo). No se registran núcleos y sólo fue registrada una lasca externa de tipo secundario, correspondiente a las primeras etapas. La clase más representada es la de desechos de talla (n = 31), entre las que predominan las lascas internas (51%) y de filo (12%). Le siguen los artefactos formatizados, con reducción bifacial (30%) y unifacial (4%). Los artefactos bifaciales poseen un largo máximo de 37,3 mm y los unifaciales de 19,1 mm. Sin embargo, los unifaciales poseen un valor de volumen medio (44,7 mm3) mayor que los artefactos bifaciales (27,1 mm3) y los desechos de talla (17,5 mm3). El peso medio de los artefactos LM1 es de 2,3 gramos.

Los artefactos LM2 (n = 65; 58%) presentan todas las etapas de la secuencia de reducción: núcleos (3%); desechos de talla (68%: lascas externas 20%; lascas internas 46%; lascas de filo 2%); y artefactos formatizados de reducción bifacial (14%), unifacial (11%) y artefactos sin formatización con rastros complementarios (3%). En la clase núcleo se recuperaron dos piezas enteras, de tamaño grande y corteza rugosa. Presentan lascados aislados, longitud máxima de 29,6 mm y volumen máximo de 137,4 mm3. Entre los instrumentos, los artefactos bifaciales alcanzan un largo máximo de 28,7 mm, mientras que los unifaciales y artefactos con rastros complementarios, 28,5 y 26,9 mm, respectivamente. Los artefactos con rastros complementarios presentan el mayor valor de volumen medio (53,9 mm3), seguidos por los unifaciales (43,7 mm3) y los bifaciales (35,0 mm3). Por último, los desechos de talla poseen un volumen medio de 41,58 mm3; valores que superan a los registrados en artefactos LM1. Los artefactos LM2 registran un peso medio de 3,5 gramos.

El peso medio de los artefactos LM2 es mayor que el registrado en LM1, siendo esta diferencia significativa. El resultado permite plantear que las diferencias de peso de los artefactos según los subtipos LM1 y LM2 son significativamente distintos en AEP (prueba de Welch t  = 2,1; Monte Carlo p = 0,03). Este resultado es concordante a lo esperado si consideramos que LM2 es una fuente local y LM1 es una fuente no local.

Discusión

Los resultados obtenidos nos permiten confirmar una mayor distribución espacial de la fuente secundaria Laguna del Maule que la conocida hasta el momento. Esta ampliación corresponde al subtipo LM2, tal como lo muestra la presencia de nódulos de obsidiana al menos hasta el curso medio del Río Colorado (Figura 3). Los muestreos realizados confirman la disponibilidad de esta materia prima a 141 km aguas abajo de su naciente, en la unión de los ríos Barracas y Grande (Figura 2b). Al incorporar estos resultados a los antecedentes que daban cuenta de la presencia de obsidiana en el Río Barrancas (Barberena et al. Reference Barberena, Fernández, Rughini, Borrazzo, Garvey, Lucero and Negra2019; Fernández et al. Reference Fernández, Barberena, Rughini, Giesso, Durán, Cortegoso and Borrazzo2017), la distribución espacial de LM2 se incrementa a 210 km al este de los Andes. En el Río Colorado la presencia de nódulos de obsidiana es continua y heterogénea, dado que disminuye en número y volumen, en sentido oeste–este. En los primeros 50 km desde las nacientes del Río Colorado (unidades B y C), se registran nódulos de tamaños grande y mediano-grande de entre 9 cm y 7 cm, de formas y corteza variadas. Mientras que a una distancia de transporte de 100 km (unidad D), el volumen medio de los nódulos de obsidiana disminuye en un 60%, el tamaño se reduce a mediano-pequeño (menores a 4 cm) y a formas redondeadas de corteza rugosa. En las unidades de muestreo D y E, los tamaños pequeños y las formas redondeadas de los nódulos dificultan su visibilidad en el lecho rocoso e implican una mayor inversión en el tiempo de búsqueda para su aprovisionamiento. Según Shelley (Reference Shelley1993), la forma redondeada de los nódulos habría limitado las estrategias de reducción, por lo que es esperable el transporte de los rodados enteros y el uso de la técnica de reducción bipolar (Shelley Reference Shelley1993) para su aprovechamiento. Por lo tanto, sería esperable encontrar en los sitios todas las etapas de la secuencia de reducción y la presencia de corteza en espacios distantes a la fuente.

El muestreo geoquímico del Complejo Volcánico Laguna del Maule y de los rodados recuperados en las nacientes del Río Barrancas (unidad A) fueron asignados al subtipo LM1. Por el contrario, los muestreos realizados en el curso superior del Río Colorado (unidad B) indicaron la presencia exclusiva de LM2. Esta diferencia espacial de ambos subtipos geoquímicos robustece los resultados de Fernández y colaboradores (Reference Fernández, Barberena, Rughini, Giesso, Durán, Cortegoso and Borrazzo2017) en el Río Barrancas, y de Barberena y otros (Reference Barberena, Fernández, Rughini, Borrazzo, Garvey, Lucero and Negra2019) en la margen derecha del Río Colorado. Sin embargo, contrario a los resultados de los muestreos de Barberena y coautores (Reference Barberena, Fernández, Rughini, Borrazzo, Garvey, Lucero and Negra2019), no se registraron nódulos de obsidiana de Cerro Huenul, por lo que sus hallazgos podrían responder a procesos de transporte antrópicos eventuales y sectorizados en dicha margen. La baja representación de Cerro Huenul en relación con LM2 en AEP es concordante con esta idea.

En la caracterización geoquímica de los artefactos arqueológicos de AEP y conforme a lo esperado, se registra un uso frecuente de LM2 (n = 65; 58%) por sobre LM1 (n = 47; 42%; Tabla 2). En el análisis tecnológico de los artefactos, se observaron diferencias en el modo de transporte y uso de las dos variedades de obsidiana. En LM2 están presentes todas las etapas de la secuencia de reducción y representa un sistema de producción terminal. Por el contrario, en LM1 se registran las últimas etapas de producción, con una mayor frecuencia de artefactos formatizados, en particular de reducción bifacial (Tabla 3). En LM1 no se registraron núcleos y sólo se documentó una lasca externa en los conjuntos estratigráficos; por lo que entendemos, estaría representando un sistema de producción secuencial. Las etapas tecnológicas representadas también registran diferencias significativas en el peso de los artefactos, con una mayor variabilidad en LM2. Esto puede responder a la presencia de las primeras etapas de reducción en LM2 (lascas con corteza y núcleos); contrario a LM1, donde habría primado la selección de formas base sin corteza o instrumentos terminados para su transporte. En relación con el largo máximo de los nódulos naturales en ambos subtipos de obsidiana, estos resultaron mayores a los medidos en los artefactos formatizados de AEP, por lo que su aprovisionamiento pudo realizarse en las cuencas fluviales.

Tabla 2. Piezas y sitios arqueológicos considerados en este trabajo.

Notas: n, número de piezas de obsidiana por sitio; n, número de piezas analizadas con XRF; LM1 (%), frecuencia de Laguna del Maule subtipo 1; LM2 (%), frecuencia de Laguna del Maule subtipo 2. Referencias, publicaciones bibliográficas donde fueron presentados los resultados de estudios geoquímicos del sitio: (1) Giesso y colaboradores (Reference Giesso, Durán, Neme, Glascock, Cortegoso, Gil and Sanhueza2011); (2) Salgán y colaboradores (Reference Salgán, Gil and Neme2012); (3) Salgán, Gil y Neme (Reference Salgán, Gil and Neme2014); (4) Gil y Neme (Reference Gil and Neme2013).

Tabla 3. Caracterización tecnológica de la obsidiana Laguna del Maule de área El Payén.

El modelo de aprovisionamiento y uso de recursos líticos propuesto para AEP (Salgán Reference Salgán2013) sostiene que el abastecimiento de obsidiana de Laguna del Maule pudo implicar ciclos de movilidad estacionales que conectaban las tierras bajas con los recursos de cordillera, en circuitos anuales con dirección este–oeste (Salgán, Gil y Neme Reference Salgán, Gil and Neme2014). El ingreso de esta obsidiana en AEP se habría dado por el sur (Río Colorado) y/o el centro del área (Río Grande), sectores donde se registra la mayor frecuencia de estos artefactos y secuencias de producción terminales (Salgán, Gil y Neme Reference Salgán, Gil and Neme2014). En este trabajo, al incorporar los análisis de las variedades geoquímicas de Laguna del Maule y al aportar información de su disponibilidad espacial diferencial, podemos confirmar el uso de ambos subtipos en AEP y plantear diferentes estrategias de aprovisionamiento, que pueden responder a distintos patrones de movilidad e interacción humana.

En este marco, se plantea una estrategia de abastecimiento serial y un sistema de producción terminal centrado en tierras bajas para el recurso LM2. Esto implica un acceso directo a LM2, materia prima local desde el sector sur de AEP, donde están presentes todas las etapas de reducción de este subtipo. En paralelo, la presencia de LM1 responde a una estrategia de aprovisionamiento cíclico directo y un sistema de producción secuencial que conecta tierras bajas con tierras altas. LM1 es considerada una materia prima no local en AEP y está representada por estadios avanzados de reducción que permiten proponer un modo de abastecimiento directo, pero poco frecuente. De este modo, pierde sustento la propuesta de la movilidad frecuente entre tierras altas y bajas, que se planteó anteriormente para explicar el acceso directo de la obsidiana, que ahora conocemos como LM2. Al considerar la presencia de otras variedades conocidas de obsidiana en AEP —que en su conjunto representa un 9% del total de las rocas utilizadas— LM2 (36%) es la más representada, seguida por LM1 (29%) y Cerro Huenul (22%). Al igual que LM2, Cerro Huenul se encuentra en el rango de distancia de los recursos locales para los conjuntos del sector sur de AEP; sin embargo, es notable su baja representación en los sitios.

Al ampliar la escala espacial al contexto del noroeste de Neuquén, Fernández y colaboradores (Reference Fernández, Barberena, Rughini, Giesso, Durán, Cortegoso and Borrazzo2017) dan cuenta de la presencia de obsidiana Laguna del Maule en frecuencias de uso similares a las documentadas en AEP. Los subtipos LM2 y LM1 representan la segunda y tercera variedad de obsidiana más frecuente (5,7% LM2; 1,4% LM1), luego de la fuente local Cerro Huenul (92,9%). Los autores sostienen que el uso de LM1 podría ser resultado de grandes circuitos de movilidad de baja frecuencia (Barberena et al. Reference Barberena, Fernández, Rughini, Borrazzo, Garvey, Lucero and Negra2019; Fernández et al. Reference Fernández, Barberena, Rughini, Giesso, Durán, Cortegoso and Borrazzo2017). En el noreste de Neuquén, Rindel y otros (Reference Rindel, Pérez, Barberena, MacDonald and Glascock2019), también mencionan el uso de LM2 en sectores próximos al Río Colorado, pero su señal se pierde más allá de la distancia local. Estas tendencias refuerzan la idea de acceso y modo de circulación diferencial de ambos subtipos. El de LM2, centrado en tierras bajas y en el rango de distancia local, con una frecuencia que disminuye en los sectores ubicados a una distancia mayor a 40 km. Diferente es el caso de LM1, cuya presencia es indicador de interacción serial directa entre ambientes de tierras bajas y altas, con su ingreso a AEP como formas base e instrumentos terminados, lo que descarta el uso y la movilidad complementaria entre tierras bajas y altas.

En suma, los resultados hasta aquí detallados permiten cuestionar el modelo que propone movimientos estacionales de ambientes de tierras bajas y altas (Durán Reference Durán1997; Gambier Reference Gambier1985). Por el contrario, se plantea que las poblaciones de AEP mantenían circuitos de movilidad frecuente en tierras bajas y mecanismos de interacción con tierras altas de baja frecuencia, pero sostenidos en el tiempo, lo que concuerda con escenarios de diferenciación social durante los últimos 2000 años aP aproximadamente, acompañados de procesos de regionalización y disminución de la movilidad (Durán Reference Durán1997; Gil Reference Gil2006). La presencia de Laguna del Maule en los Andes meridionales en bajas frecuencias refuerza estas ideas (Cortegoso et al. Reference Cortegoso, Yebra, Castro and Durán2019; Sanhueza et al. Reference Sanhueza, Cornejo, Durán, Cortegoso, Yebra, Glascock, MacDonald and Giesso2021). Se espera que las tendencias hasta aquí planteadas puedan ser discutidas con la incorporación de otros indicadores de movilidad y circulación de poblaciones y recursos, tales como tipos cerámicos y estudios isotópicos.

Agradecimientos

Agradecemos al Servicio Geológico y Minero de Argentina, por la toma de muestras geológicas en el Complejo Volcánico Laguna del Maule.

Declaración de financiamiento

Los trabajos fueron realizados gracias a los fondos otorgados por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (PIP-CONICET 2015-2017/0342) y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (PICT14-3270, PICT16-2667, PICT20-2053).

Declaración de disponibilidad de datos

Las y los autores declaran la disponibilidad y accesibilidad de los datos físicos y digitales sobre los cuales se basa la presente investigación. Los mismos están disponibles en las tablas (evidencias de material lítico) y en el material suplementario (resultados de estudios geoquímicos).

Conflicto de intereses

Las y los autores declaran que no hay conflicto de intereses.

Material suplementario

Para acceder al material suplementario que acompaña este artículo, visitar https://doi.org/10.1017/laq.2023.37.

Tabla Suplementaria 1. Valores de concentración de elementos químicos para XRF.

References

Referencias citadas

Aschero, Carlos y Hocsman, Salomón. 2004. Revisando cuestiones tipológicas en torno a la clasificación de artefactos bifaciales. En Temas de arqueología: Análisis lítico, editado por Acosta, Alejandro, Loponte, Daniel y Ramos, Mariano, pp. 725. Universidad Nacional de Luján, Buenos Aires.Google Scholar
Barberena, Ramiro, Fernández, M. Victoria, Rughini, Agustina, Borrazzo, Karen, Garvey, Raven, Lucero, Gustavo, Negra, Claudia Della, et al. 2019. Deconstructing a Complex Obsidian “Source-Scape”: A Geoarchaeological and Geochemical Approach in Northwestern Patagonia. Geoarchaeology 34:3041.CrossRefGoogle Scholar
Barberena, Ramiro, Hajduk, Adán, Gil, Adolfo F., Neme, Gustavo A., Durán, Víctor A., Glascock, Michael D., Giesso, Martín, et al. 2011. Obsidians in the South-Central Andes: Geological, Geochemical, and Archaeological Assessment of North Patagonian Sources (Argentina). Quaternary International 245:2536.CrossRefGoogle Scholar
Binford, Lewis R. 1979. Organization and Formation Processes: Looking at Curated Technologies. Journal of Anthropological Research 35:255273.CrossRefGoogle Scholar
Borrero, Luis Alberto. 2012. La Patagonia cuyana: Logros y desafíos. En Paleoecología humana en el sur de Mendoza, editado por Gil, Adolfo y Neme, Gustavo, pp. 281295. Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires.Google Scholar
Cabrera, Ángel. 1976. Regiones fitogeográficas argentinas. En Enciclopedia Argentina de Agricultura y Jardinería, Vol. 2, editado por Kugler, Walter F., pp. 185. Acme, Buenos Aires.Google Scholar
Carr, Dillon H. 2005. The Organization of Late Paleoindian Lithic Procurement Strategies in Western Wisconsin. Midcontinental Journal of Archaeology 30:335.CrossRefGoogle Scholar
Civalero, M. Teresa y Franco, Nora. 2003. Early Human Occupations in Western Santa Cruz Province, Southernmost South America. Quaternary International 109–110:7786.CrossRefGoogle Scholar
Cortegoso, Valeria, Neme, Gustavo A., Giesso, Michael D., Durán, Víctor y Gil, Adolfo F.. 2012. El uso de la obsidiana en el sur de Mendoza. En Paleoecología humana en el sur de Mendoza, editado por Gil, Adolfo y Neme, Gustavo, pp. 180211. Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires.Google Scholar
Cortegoso, Valeria, Yebra, Lucía, Castro, Silvina y Durán, Víctor. 2019. La presencia de obsidiana en contextos arqueológicos del norte de Mendoza: Interacciones humanas en una región andina sin fuentes volcánicas. Intersecciones en Antropología 20:153165.CrossRefGoogle Scholar
Cortegoso, Valeria, Yebra, Lucía, Durán, Víctor, Barberena, Ramiro, Lucero, Gustavo, Cornejo, Luis, Giesso, Martín, MacDonald, Brandi L. y Glascock, Michael D.. 2020. Obsidian Sources from the Southern Andean Highlands (Laguna del Diamante, Argentina and Chile): Geochemical Insights on Geological Complexity and Human Biogeography. Archaeological and Anthropological Sciences 12:29.CrossRefGoogle Scholar
Custer, Jay F., Cavallo, John A. y Stewart, R. Michael. 1983. Lithic Procurement and Paleo-Indian Settlement Patterns on the Middle Atlantic Coastal Plain. North American Archaeologist 4:263275.CrossRefGoogle Scholar
Durán, Víctor. 1997. Arqueología del valle del Río Grande, Malargüe, Mendoza. Tesis doctoral, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, Buenos Aires.Google Scholar
Durán, Víctor. 2000. Poblaciones indígenas de Malargüe: Su arqueología e historia. Serie CEIDER. Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza.Google Scholar
Durán, Víctor, Giesso, Martín, Glascock, Michael D., Neme, Gustavo, Gil, Adolfo y Sanhueza, Lorena. 2004. Estudios de redes de aprovisionamiento y redes de distribución de obsidiana durante el Holoceno tardío en el sur de Mendoza (Argentina). Estudios Atacameños 28:2543.Google Scholar
Elston, Robert G. 1992. Modeling the Economics and Organization of Lithic Procurement. En Archaeological Investigations at Tosawhi, a Great Basin Quarry, Part 1: The Periphery, editado por Elston, Robert G. y Raven, Christopher, Vol. 1, pp. 3147. Intermountain Research, Silver City, Nevada.Google Scholar
Ericson, Jonathon E. 1984. Toward the Analysis of Lithic Production Systems. En Prehistoric Quarries and Lithic Production, editado por Ericson, Jonathon E. y Purdy, Barbara A., pp. 19. Cambridge University Press, Cambridge.CrossRefGoogle Scholar
Fernández, M. Victoria, Barberena, Ramiro, Rughini, Agustina, Giesso, Martín, Durán, Víctor, Cortegoso, Valeria, Borrazzo, Karen, et al. 2017. Obsidian Geochemistry, Geoarchaeology, and Lithic Technology in Northern Patagonia (Argentina). Journal of Archaeological Science: Reports 13:372381.Google Scholar
Gambier, Mariano. 1985. La cultura de Los Morrillos. Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes, Universidad Nacional de San Juan, San Juan.Google Scholar
Gho, Rayen, Sruoga, Patricia, Amigo, Álvaro, Fierstein, Judy, Elissondo, Manuela, Kaufman, Johanna y Toloza, Virginia. 2019. Peligros del Complejo Volcánico Laguna del Maule, región del Maule, Chile y provincias de Mendoza y Neuquén, Argentina. Publicación Geológica Multinacional 1:875890.Google Scholar
Giesso, Martín, Durán, Víctor, Neme, Gustavo, Glascock, Michael D., Cortegoso, Valeria, Gil, Adolfo F. y Sanhueza, Lorena. 2011. A Study of Obsidian Source Usage in the Central Andes of Argentina and Chile. Archaeometry 53:121.CrossRefGoogle Scholar
Gil, Adolfo F. 2006. Arqueología de La Payunia (Mendoza, Argentina): El poblamiento humano en los márgenes de la agricultura. BAR International Series 1477. British Archaeological Reports, Oxford.Google Scholar
Gil, Adolfo F. y Neme, Gustavo A.. 2013. Área Ranquil Norte: Informe arqueología. Manuscrito en archivo, Dirección Provincial de Patrimonio del Gobierno de Mendoza, Mendoza, Argentina.Google Scholar
Gil, Adolfo F., Neme, Gustavo A., Ugan, Andrew y Tykot, Robert H.. 2011. Oxygen Isotopes and Human Residential Mobility in Central Western Argentina. International Journal of Osteoarchaeology 24:3141.CrossRefGoogle Scholar
Glascock, Michael D., Braswell, Geoffrey E. y Cobean, Robert H.. 1998. A Systematic Approach to Obsidian Source Characterization. En Archaeological Obsidian Studies: Method and Theory, editado por Shackley, M. Steven, pp. 1565. Advances in Archaeological and Museum Science 3. Plenum Press, Nueva York.CrossRefGoogle Scholar
Glascock, Michael D. y Ferguson, Jeff R.. 2012. Report on the Analysis of Obsidian Source Samples by Multiple Analytical Methods. Manuscrito en archivo, Archaeometry Laboratory, University of Missouri, Columbia.Google Scholar
Hildreth, Wes, Godoy, Estanislao, Fierstein, Judy y Singer, Brad. 2010. Laguna del Maule Volcanic Field: Eruptive History of a Quaternary Basalt-to-Rhyolite Distributed Volcanic Field on the Andean Range Crest in Central Chile. Boletín del Servicio Nacional de Geología y Minería 63(3):3145.Google Scholar
Lagiglia, Humberto. 1997. Arqueología de cazadores-recolectores cordilleranos de altura. Ediciones Ciencia y Arte, Instituto de Ciencias Naturales de San Rafael, Museo Municipal de Historia Natural de San Rafael, Mendoza.Google Scholar
Llambías, Eduardo J., Bertotto, Gustavo W., Risso, Corina e Hernando, Irene. 2010. El volcanismo cuaternario en el retroarco de Payenia: Una revisión. Revista de la Asociación Geológica Argentina 67(2):278300.Google Scholar
Martínez Carretero, Eduardo. 2004. La provincia fitogeográfica de La Payunia. Boletín de la Sociedad Argentina de Botánica 39:195226.Google Scholar
Meltzer, David J. 1989. Was Stone Exchange Among Eastern North American Paleoindians? En Eastern Paleoindian Lithic Resource Use, editado por Ellis, Christopher y Lothrop, Jonathan, pp. 1139. Westview Press, Boulder, Colorado.Google Scholar
Neme, Gustavo A. y Gil, Adolfo F.. 2008. Biogeografía humana en los Andes meridionales: Tendencias arqueológicas en el sur de Mendoza. Chungara 40:518.Google Scholar
Neme, Gustavo A., Gil, Adolfo F., Garvey, Raven, Llano, Carina, Zangrando, Atilio, Franchetti, Fernando, De Francesco, Claudio y Michelli, Catalina T.. 2011. El registro arqueológico de la Gruta de El Manzano y sus implicancias para la arqueología de Nordpatagonia. Magallania 39(2):243265.CrossRefGoogle Scholar
Rindel, Diego, Pérez, Iván, Barberena, Ramiro, MacDonald, Brandi y Glascock, Michael D.. 2019. Sources of Obsidian Artefacts, Exchange Networks and Landscape Use in Auca Mahuida (Neuquén, North-Western Patagonia). Archaeometry 62:121.CrossRefGoogle Scholar
Salgán, María Laura. 2013. Organización tecnológica y biogeografía humana en La Payunia, sur de la provincia de Mendoza. Tesis doctoral, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata, Buenos Aires.Google Scholar
Salgán, María Laura. 2015. X-Ray Fluorescence Analysis of Obsidian from Mendoza, Argentina: Archaeometry Laboratory Final Report. Manuscrito en archivo, Museo de Historia Natural de San Rafael, Mendoza, Argentina.Google Scholar
Salgán, M. Laura, Bertotto, Gustavo W. y Garrido, Mirta M.. 2014. Petrografía y procedencia de rocas silíceas en La Payunia (Malargüe, provincia de Mendoza). Intersecciones en Antropología 5:363375.Google Scholar
Salgán, M. Laura, Garvey, Raven, Neme, Gustavo A., Gil, Adolfo F., Giesso, Martín, Glascock, Michael D. y Durán, Víctor. 2015. Las Cargas: Characterization of a Southern Andean Obsidian Source and Its Prehistoric Use. Geoarchaeology 30:139150.CrossRefGoogle Scholar
Salgán, M. Laura, Gil, Adolfo F. y Neme, Gustavo A.. 2012. Obsidianas en La Payunia (sur de Mendoza, Argentina): Patrones de distribución e implicancias en la ocupación regional. Magallania 40(1):259273.CrossRefGoogle Scholar
Salgán, M. Laura, Gil, Adolfo F., y Neme, Gustavo A.. 2014. Movilidad, aprovisionamiento y uso de obsidiana en El Payén, sur de la provincia de Mendoza, Argentina. Comechingonia 18(1):3350.Google Scholar
Salgán, M. Laura y Pompei, M. Paz. 2017. Fuente de obsidiana El Peceño: Primeros resultados de su abordaje tecnológico, geoquímico y espacial. Revista del Museo de Antropología 10:5158.CrossRefGoogle Scholar
Salgán, M. Laura, Pompei, M. Paz, Diéguez, Sergio, Glascock, Michael D., Neme, Gustavo A. y Gil, Adolfo F.. 2020. Geoarchaeology and Spatial Distributions of the “Coche Quemado” Obsidian Source in Northwestern Patagonia. Archaeometry 62:232246.CrossRefGoogle Scholar
Sanhueza, Lorena, Cornejo, Luis, Durán, Víctor, Cortegoso, Valeria, Yebra, Lucía, Glascock, Michael D., MacDonald, Brandi L. y Giesso, Martín. 2021. Sources, Circulation, and Use of Obsidian in Central Chile. Quaternary International 574:1326.CrossRefGoogle Scholar
Scasso, Roberto A. y Limarino, Carlos O.. 1997. Petrología y diagénesis de rocas clásticas. Asociación Argentina de Sedimentología, Buenos Aires.Google Scholar
Seelenfreund, Andrea, Rees, Charles, Bird, Roger, Bailey, Graham, Bárcena, Roberto y Durán, Víctor. 1996. Trace-Element Analysis of Obsidian Sources and Artifacts of Central Chile (Maule River Basin) and Western Argentina (Colorado River). Latin American Antiquity 7:720.CrossRefGoogle Scholar
Shelley, Phillip H. 1993. A Geoarchaeological Approach to the Analysis of Secondary Lithic Deposits. Geoarchaeology 8(1):5972.CrossRefGoogle Scholar
Singer, Brad, Le Mével, Héléne, Licciardi, Joseph, Córdova, Loreto, Tikoff, Basil, Garibaldi, Nicolás, Andersen, Nathan, Diefenbach, Angela y Feigl, Kurt. 2018. Geomorphic Expression of Rapid Holocene Silicic Magma Reservoir Growth Beneath Laguna del Maule, Chile. Science Advances 4(6):110.CrossRefGoogle ScholarPubMed
Sruoga, Patricia, Elissondo, Manuela, Fierstein, Judy, García, Sebastián, González, Rafael y Rosas, Mario. 2015. Actividad explosiva postglacial del centro Barrancas, Complejo Volcánico Laguna del Maule (36°05′ S, 70°30′ O). Actas del XIV Congreso Geológico Chileno, pp. 4952. Colegio de Geólogos de Chile, La Serena.Google Scholar
Stern, Charles R. 2018. Obsidian Sources and Distribution in Patagonia, Southernmost South America. Quaternary International 468:190205.CrossRefGoogle Scholar
Figure 0

Figura 1. Región de La Payunia, áreas de estudio y fuentes de obsidiana del sur de Mendoza.

Figure 1

Figura 2. Área El Payén, sectores y sitios arqueológicos: (a) muestreos en el Complejo Volcánico Laguna del Maule; (b) sitios arqueológicos mencionados en el trabajo, Sector Norte: (1) La Peligrosa; (2) Cueva Delerma. Sector Central: (3) Puesto Mira; (4) Cara Cura 1; (5) Alpa Este; (6) Loma Alta. Sector Sur: (7) Rincón Blanco; (8) Agua de Pérez; (9) PRC Tren; (10) Carmonina; (11) PRC; (12) El Batro y El Batro 1, 2, 4 y 5; (13) Corcovo.

Figure 2

Figura 3. Unidades de muestreo geológico y tamaño relativo de los nódulos de obsidiana (sensu Scasso y Limarino 1997) en los ríos Barrancas (unidad A) y Colorado (unidades B a F). (Color en la versión electrónica)

Figure 3

Figura 4. Muestreo geológico en las cuencas fluviales: (a) unidad de muestreo A; (b) nódulos de obsidiana en la misma unidad; (c) unidad de muestreo B; (d) nódulos superficiales en unidad B (fotografías de María Laura Salgán). (Color en la versión electrónica)

Figure 4

Tabla 1. Medidas de tamaño de los nódulos recolectados en las unidades de muestreo en el Río Colorado.

Figure 5

Figura 5. (a) Correlación de Rb/Zr versus Sr/Rb de los datos medidos para XRF, de artefactos arqueológicos (códigos de piezas) para los subtipos LM1 y LM2 (elipses); (b) correlación de Sr versus Zr de los valores para XRF, de las muestras geológicas del Complejo Volcánico Laguna del Maule y de las unidades de muestreo de los ríos Barrancas y Colorado.

Figure 6

Tabla 2. Piezas y sitios arqueológicos considerados en este trabajo.

Figure 7

Tabla 3. Caracterización tecnológica de la obsidiana Laguna del Maule de área El Payén.

Supplementary material: File

Salgán et al. supplementary material

Salgán et al. supplementary material

Download Salgán et al. supplementary material(File)
File 32.5 KB